El día 4 de septiembre de 2022 quedará marcado como un hito histórico, donde seremos protagonistas de un suceso nunca visto en nuestro país, a través del voto tendremos la oportunidad de dejar atrás una Constitución que ya no está a la altura de los tiempos y desafíos actuales, en un proceso que ha sido participativo, paritario y democrático.
Siempre hemos dicho que la sociedad chilena es muy solidaria, eso se ve reflejado cuando existe necesidad y estamos presentes para ayudarnos, entonces ¿por qué continuar con una Constitución que fomenta el individualismo?
El Estado subsidiario, donde el rol del cumplimiento de los derechos sociales es limitado, sólo cuando el privado no pueda satisfacerlos. La salud, educación, vivienda y las pensiones, por ejemplo, con esta nueva Constitución pasarán a ser parte de un estado de bienestar, donde la solidaridad es un pilar importante, nos cuidamos todos y todas, con un objetivo claro; mejorar y fortalecer la salud pública, la educación, el acceso a la vivienda y tener la opción de mejores pensiones.
No queremos más que solamente quienes tienen los recursos puedan acceder de forma privilegiada a estos derechos fundamentales, por eso debemos avanzar hacia la igualdad, que, por supuesto no se concretará de un momento a otro, no podemos creer que, luego de aprobarse esta nueva constitución, se verán reflejados los cambios de forma inmediata y por eso debemos ser realistas y en conjunto como sociedad impulsar este avance.
¿Estamos preparados como sociedad para los cambios? Esta es una inquietud mayor, muchas personas están indecisas o tienen temor al cambio, a que pueda generar inestabilidad, sin embargo deben saber que en la historia no solo de Chile, si no del mundo, lo más constante son los cambios y estos deben ser aplicados según el avance de los tiempos, ya no es el mismo contexto de los años 80 y necesitamos una renovación. Existen temores circulando que han sido desmentidos, como que se va a cambiar la bandera y el himno, que ya no seremos propietarios de nuestras viviendas, que la plurinacionalidad va a dividir el país, inquietudes válidas para la ciudadanía, que ya se han despejado, ya sabemos que se va a mantener el himno y la bandera (art 13) , la propiedad sigue existiendo (art 78) y se suma el concepto de vivienda digna (art 51) que no está en la constitución actual y Chile sigue siendo un territorio único e indivisible (art 3).
Además, esta nueva Constitución promueve conceptos de igualdad de género, un Estado ecológico donde la naturaleza tiene derechos, el agua es un derecho y donde los animales dejan de ser inmuebles y pasan a ser considerados seres sintientes, avances que no están considerados en la Constitución actual y que en el mundo de hoy son básicos para el desarrollo de la sociedad y la calidad de vida de las personas.
¿Esta nueva Constitución es perfecta? Podrán pensar que es o no el mejor texto constitucional, lo cierto es que no existe la perfección ni la verdad absoluta en una sociedad democrática, pero sí estoy convencido de que este texto, si es aplicado con buenas intenciones y voluntad de avanzar hacia un mejor país, será bueno para todos y todas. Finalmente parafraseando a Pablo Milanés, tal como Bachelet: "No es perfecta, más se acerca a lo que yo simplemente soñé", y este 4 de septiembre no tengamos temor, que ese sueño podrá ser realidad.
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