Lo banal ha sepultado a los políticos

Se habrán fijado los lectores que cada vez que viene una campaña política, lo que se impone en la racionalidad de elección de cada votante termina siendo el escándalo de alguien, lo que dijo el otro, la foto con quién se tomó, el equipo de fútbol a quien apoya (o financia) y no sus ideas.

Tanto los medios de comunicación, como las propias personas, ya no están haciendo el ejercicio de hacer una reflexión respecto al candidato y sus propuestas. Esto ocurre por dos razones. En principio, muchas personas no tienen un espacio y tiempo necesario para sentarse a leer los programas de cien a doscientas páginas, con propuestas técnicas y números que son difíciles de entender.

En segundo lugar, los medios no ejercen una estimulación crítica sobre un acontecimiento y, en cambio, se centran en shocks de escándalo mediático, centrado en figuras populares, trending topics en Twitter, o influencers de Instagram.

¿Qué hacemos entonces? Cada uno tiene el deber de ejercer su propia racionalidad e intelectualidad a gusto. No todos pueden ser un intelectual, ni tampoco un político. Muchas veces, lo que las personas buscan es una vida tranquila, tener hijos, mascotas, casa, auto, pagar deudas y comprar inmuebles. La aspiración no puede imperarse en otros objetivos, ajenos a la vida cotidiana de la gente.

En este momento, el problema no está en cambiar el estilo de vida de las personas, pues este debe verse siempre en mejorar la calidad de la misma, mientras el estilo no sea dañino para nosotros.

En donde se expresa esta contrariedad es en cómo las empresas están maniobrando, sin límites claros, en el país. Este estilo sí se vuelve destructivo y contaminante. La fauna, el aire y el agua son partes claves de lo que Chile es como país, basado en sus riquezas naturales. Ahora bien, muchas personas no se sienten ofendidas ni aludidas por este abuso (por la ausencia de límites) de parte de las empresas. Seguimos echándole la culpa a la contaminación de los automóviles y buses antes que empezar a mirar a Ciudad Empresarial y sus industrias contaminantes.

Sin duda, el rol de los políticos hoy en día se basa en un intento de gestionar, actuar, teorizar y debatir sobre problemas que ocurren en la sociedad. En este caso, me refiero a una forma de comportarse, puesto que es usual ver a los políticos envueltos en diferentes problemas mediáticos, discusiones por redes sociales, debates por su apariencia, mal dicho y/o discurso sobre un tema en particular. Todas estas ocurrencias envuelven al político en una esfera concedida por el show business, lo que deja de lado su deber primario.

Para los políticos, y las políticas, es que este show business les permite acercarse a la simpatía de quienes juzgan mediante la primera impresión, elevando sus posibilidades electorales en distintas contiendas. Ello hace que, en cierta medida, haya un equilibrio significativo de lo mediático y lo político en los intereses de cada representante.

Las sociedades se deterioran en el uso de la información. Cada día hay más información, pero menos se sabe qué significa o cómo interpretarla. La información se ve quebrantada, incluso tergiversada, creando realidades abstractas. Me atrevo a relacionarlo con el uso de las mentiras en discursos populistas, donde este político tiene un discurso demagógico que le crea una realidad a sus oyentes, jugando con las emociones de los mismos.

Una forma de solucionar esto es que se eleven los estándares para representantes, es decir, que se pida desde cuarto medio logrado hasta estudios de pregrado y/o técnicos superiores.

Si bien es entendible que antiguamente el lograr cuarto medio para muchos era mucho más arduo que actualmente, hoy en día lo que se muestra en el aspecto laboral es que un título de pre grado (también de pos grado) no son suficientes para ser seleccionado.

Esto debiese ser llevado a las elecciones, donde a los candidatos se les exija un mínimo antes de serlo.

Otro aspecto es que todos los candidatos tengan un mínimo de conocimiento sobre teoría política, teoría del Estado, historia de Chile, sociología y teoría económica. Conocimientos absolutamente necesarios para que nuestros representantes sean aptos para el trabajo que se les pide.

Una forma de evitar que lo mediático prevalezca sobre lo político, es que se creen medios alternativos de información que sean fuertes en comparación con los existentes  y tradicionales y  que los matinales se eliminen, lo que sería aire puro para todos.

Sobre todo, es importante hacer un refresh de las noticias internacionales, enfocado en los mercados globales, en la guerra comercial, en lo que ocurre en Medio Oriente, en China, entre otros.

Todo ayudaría  a la renovación en la política, evitando el desentenderse de ella.

Desde Facebook:

Guía de uso: Este es un espacio de libertad y por ello te pedimos aprovecharlo, para que tu opinión forme parte del debate público que día a día se da en la red. Esperamos que tus comentarios se den en un ánimo de sana convivencia y respeto, y nos reservamos el derecho de eliminar el contenido que consideremos no apropiado