El día 23 de noviembre pasado, el medio Ex-Ante publicó una nota titulada, provocadoramente, "Reforma previsional: hombres recibirían más recursos del 'reparto' del 6% extra de cotización que las mujeres". Dicha afirmación, como veremos, es incorrecta o derechamente falsa.
Se reproducía así, casi íntegramente, un análisis de la Asociación de AFP, sin contraste alguno. Es más, las únicas cuñas incluidas son del mismo gerente de Estudios de la Asociación de AFP, Roberto Fuentes. En el citado análisis se entremezclan forzosamente una serie de conceptos, lo que intencionadamente o no, sólo consigue confundir a los lectores.
El primer "error" que identificamos, y a diferencia de lo que plantea su titular, es que en realidad no se hace referencia al 6%, sino que aborda la garantía mínima de 0,1 UF por año cotizado, que se entregaría a quienes tengan más de 12 cotizaciones continuas con un tope imponible de 360, generando un premio e incentivo a la cotización. Sin duda que quienes han tenido más y mejores posibilidades de cotizar de forma continua en nuestro país son los hombres, y por lo tanto, por este único concepto, se verían mayormente beneficiados. En ese sentido, si el titular del texto fuera algo así como "La garantía mínima beneficiaría más a hombres que a mujeres", quizás sería correcto. Pero, el segundo gran error que comete el análisis es que omite completamente los otros aspectos de la reforma que buscan corregir las injusticias de género que se han cometido históricamente contra las mujeres bajo el actual sistema, cuestiones de las que sí se hace cargo el reparto del 6%.
Lo primero que se debe señalar al hablar de las desigualdades de género en el sistema de pensiones es que se deben a que son principalmente las mujeres quienes deben dejar de trabajar remuneradamente para hacerse cargo del cuidado de otras personas: hijos, padres, enfermos dependientes en general. Esto, a su vez, también está dado por la brecha salarial que enfrentan hombres y mujeres en el mundo laboral, donde ellas ganan hasta 30% menos por la misma labor. Es fácil imaginar la situación en una familia, cuando un hijo enferma gravemente o requiere cuidados permanentes, ¿quién renunciará a su trabajo? Claramente la persona que recibe menos ingresos, es decir, las mujeres.
Por lo tanto, algunos factores absolutamente relevantes para la corrección de género de la Reforma de Pensiones que la nota de Ex-Ante y la Asociación de AFP dejaron fuera de su análisis son, por ejemplo, los bonos por maternidad, cuidados o cesantía, así como el bono compensatorio por expectativas de vida. Si consideramos sólo el ítem de maternidad, podemos señalar que con esta reforma se le imputará a las mujeres un total de 24 meses del 6% destinado a seguro social al valor del ingreso imponible mediano del mes y año en que haya nacido su hijo o hija. El de cuidados, por su parte, hará lo propio por cada mes dedicado al cuidado, por un máximo de 24 meses respecto de una misma persona.
Bonos compensatorios similares apoyarán especialmente a las mujeres de manera intrageneracional, para cubrir brechas por menores ingresos y lagunas previsionales producto de sus trabajos de cuidado y postergación de la proyección laboral.
Lamentamos que las AFP, en vez de buscar formas de adaptarse al nuevo sistema y generar conocimiento sobre la reforma, se dediquen a intentar torpedearla a través de informaciones parciales o falsas. Hacemos una invitación, por lo tanto, a poner por delante el bien de los y las trabajadoras de Chile, de los y las pensionadas y no las ganancias personales, un interés que por tantos años ha dañado el sistema previsional de nuestro país.
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