Respetar la voluntad ciudadana es lo primordial

El Plebiscito de este domingo 4 de septiembre dio una clara mayoría a las fuerzas que se pronunciaron por el Rechazo a la nueva Constitución. El resultado no admite dudas y fue más amplio de lo esperado. Así, se frustró una ocasión histórica de lograr el reemplazo del texto constitucional dejado como un pesado lastre por la dictadura.

Las causas de la derrota no se aclararán en unas pocas horas, pero si resulta evidente que el caótico comportamiento de una parte significativa de la Convención Constitucional se constituyó en un factor decisivo en la pérdida de legitimidad del trabajo realizado que, a su vez, se traspasó al texto constitucional, imposibilitando agrupar en torno a él a una mayoría nacional que lo aprobara.

También influyeron los desafíos del país en el ámbito de la seguridad pública, la migración y el panorama económico posterior a la pandemia. La derecha además distorsionó groseramente los contenidos del texto constitucional propuesto. Pero la necesidad de una nueva Constitución está intacta. El proceso constituyente debe continuar. En tal sentido, apoyamos la voluntad del Presidente Boric de abrir el diálogo con vistas a una reforma constitucional que lo haga posible.

En las fuerzas políticas y sociales hay que tener la voluntad política para encontrar un camino, cuya base sea el ejercicio de la voluntad ciudadana que permita avanzar hacia una nueva Constitución, nacida en democracia. El compromiso del socialismo chileno con una nueva Constitución es inalterable, esperamos avanzar en las nuevas condiciones políticas, respetando el mandato de las urnas, pero reiterando que sólo el cambio institucional real, respaldado por el 80% de la ciudadanía en el plebiscito de octubre de 2020 podrá dar a Chile la estabilidad necesaria para avanzar y progresar como país, con el conjunto de la ciudadanía y con los derechos sociales que pertenecen y son posibles con los avances civilizatorios de las últimas décadas.

El Estado de Chile es débil en derechos sociales, pero ha mantenido su estabilidad en esta difícil encrucijada política, así fue posible realizar el proceso constituyente recurriendo al ejercicio de la voluntad ciudadana como factor primordial. Ese es un logro de la transición democrática, ahora hay que abrir un camino para reponer el objetivo de una nueva Constitución, cuyo texto deberá contar con un respaldo mayoritario que lo haga realidad.

Las fuerzas reunidas en el Apruebo, aunque debilitadas, no deben dispersarse. El objetivo de una nueva mayoría nacional para la nueva Constitución sigue siendo el nudo de los objetivos políticos e institucionales del próximo período.

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