La historia es mucho más que los caminos recorridos en el pasado, puede influir en el presente y configurar el futuro. Han pasado cinco décadas desde el golpe de Estado, un momento que dejó heridas profundas en nuestra historia y en el corazón de nuestra nación. Es un tiempo para recordar, pero también para aprender y construir un mejor mañana.
El 11 de septiembre de 1973 marcó un antes y un después en Chile. La democracia, un bien preciado que algunos dieron por sentado, se desmoronó ante nuestros ojos. Fue un recordatorio doloroso de que la democracia es frágil y que debemos protegerla de las permanentes amenazas que la asedian.
Hoy, cuando vemos las sombras del pasado acechando nuevamente a la democracia en todo el mundo, debemos recordar las lecciones aprendidas. No podemos cometer los mismos errores del pasado. La polarización y la división, la falta de diálogo y empatía, son semillas que pueden germinar en un terreno fértil para la intolerancia y la violencia.
La democracia es un sistema que requiere compromiso, responsabilidad y participación activa de todos los ciudadanos. No es suficiente con votar cada ciertos años; debemos involucrarnos en la toma de decisiones, escuchar a quienes piensan diferente y rechazar la violencia y el odio .Es un proceso que a veces es lento y complicado, pero es el camino hacia la prosperidad y grandeza de una nación.
Este aniversario de 50 años nos brinda una oportunidad única para reflexionar sobre el pasado, honrar la memoria de quienes sufrieron y reafirmar nuestro compromiso con los valores democráticos. No debemos dar por sentado los avances que hemos logrado en las últimas décadas. Más bien, debemos fortalecer nuestro sistema democrático, protegiéndolo de las amenazas internas y externas.
En este camino hacia el futuro, es esencial que enseñemos a las generaciones más jóvenes sobre nuestra historia, para que comprendan el valor de la democracia y los peligros de su erosión. Debemos inspirarlos a involucrarse y a ser ciudadanos activos y responsables.
En resumen, hoy, a 50 años del quiebre de la democracia en Chile, hagamos un llamado a la reflexión y a la acción. Comprometámonos a no repetir los errores del pasado y a fortalecer nuestra democracia. Solo así podremos construir un futuro en el que la democracia sea una promesa cumplida para todos los chilenos, una promesa que nunca más se rompa.
Desde Facebook:
Guía de uso: Este es un espacio de libertad y por ello te pedimos aprovecharlo, para que tu opinión forme parte del debate público que día a día se da en la red. Esperamos que tus comentarios se den en un ánimo de sana convivencia y respeto, y nos reservamos el derecho de eliminar el contenido que consideremos no apropiado