En el Día Internacional del Voluntario, vale la pena entender la importancia de fortalecer el voluntariado juvenil como una estrategia para generar ciudadanos responsables y sociedades más cohesionadas.
A nivel mundial nos enfrentamos a la generación más numerosa de jóvenes de nuestra historia, de acuerdo a datos entregados por las Naciones Unidas. Nunca antes el planeta había contado con tanta juventud capaz de ser una fuerza de cambio para el desarrollo, la seguridad y la paz.
Sin embargo, el protagonismo de las nuevas generaciones no es natural para las instituciones tradicionales, tenemos que entregarles las herramientas y los espacios necesarios para alcanzarlo.
Según la encuesta Casen 2017, en Chile el 24,3% de la población es joven. Es decir, hay más de cuatro millones de personas que tienen entre 15 y 29 años, lo que implica que el país cuenta con un enorme patrimonio y un sorprendente potencial para generar jóvenes agentes de cambio.
Después de todo, son ellos los que correrán el cerco de lo posible y nos harán abrir los ojos ante hechos que nuestra generación y las anteriores, hemos normalizado durante tanto tiempo. Pero, como ya dijimos, tenemos que hacer lo posible por pavimentar ese camino.
Creemos que una de esas vías es a través del voluntariado. Hoy se celebra el Día Internacional del Voluntario, fecha que vale la pena considerar y promover, especialmente dentro de nuestra población más joven. ¿Por qué? Primero, porque realizar voluntariado desde una edad temprana fomenta estilos de vida saludables, desalienta comportamientos riesgosos y ayuda a combatir problemas sociales de manera directa. Es decir, nos humaniza y nos sociabiliza.
Pero además nos conecta con una tarea global coordinada desde la Agenda 2030 de la ONU para el Desarrollo Sostenible, que tiene 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que pueden ser ampliamente abordados desde el trabajo voluntario.
Los huertos urbanos organizados por vecinos combate objetivos como el “Hambre cero”, los esfuerzos de arborización comunitaria acompañan la “Vida de ecosistemas terrestres”, los operativos de intervenciones médicas en zonas alejadas aportan al “Salud y bienestar” y las organizaciones dedicadas a limpiar nuestro borde costero van en línea con el objetivo de “Vida submarina”.
Ejemplos hay muchos, de diversas escalas e impactos, pero es importante visibilizarlos, fortalecerlos y ampliarlos, entendiendo que el voluntariado no es solo un privilegio de ciertos sectores sociales o grupos etarios, sino que es patrimonio de toda la sociedad y constituye una pieza clave para el fortalecimiento de nuestro tejido social mediante el ejercicio de una ciudadanía protagónica.
Es por eso que desde el Instituto Nacional de la Juventud (INJUV) nos importa promover este tema. Ahora mismo nos encontramos en medio de nuestra inédita “Semana del Voluntariado”, una serie de actividades enmarcadas en el Día Internacional del Voluntario y que van en la línea de la capacitación, el encuentro y la celebración de los jóvenes que desarrollan esta noble actividad.
Para esto necesitamos fortalecer proyectos ya existentes, algo que estamos promoviendo a través de los Fondos de Voluntariado. Estos consisten en un concurso abierto para identificar y financiar a organizaciones que ya trabajen y/o estén promoviendo el voluntariado
También necesitamos visibilizar lo realizado en esta materia, algo a lo que apuntamos con la promoción del Certificado co-curricular, una iniciativa que busca acreditar las actividades de voluntariado previas y les otorgue relevancia a la hora de, por ejemplo, postular a un trabajo.
Hoy además lanzamos la versión 2019 del Programa de Voluntariado de la Alianza del Pacífico y la campaña de Trabajos de Verano “Vive Tus Parques”, un exitoso programa de INJUV y CONAF que busca movilizar a 500 jóvenes de todo Chile para conservar y poner en valor las Áreas Silvestres Protegidas del Estado.
Sabemos que queda mucho trabajo por hacer, pero también estamos contentos de todo lo que se ha avanzado.
Chile se encuentra muy bien posicionado en términos de voluntariado juvenil a nivel regional, pero aún hay pasos que dar si queremos compararnos con países más desarrollados, en donde se calcula que alrededor de la mitad de la población realiza labores de voluntariado y en donde estas tareas están incorporadas fuertemente en el mundo laboral y educacional.
Para lograrlo necesitamos la ayuda de las alianzas. Forjar vínculos entre entidades públicas, del sector privado y de la sociedad civil nos permitirá avanzar para formar una generación bajo el alero del voluntariado, lo que a su vez nos servirá para proyectar tanto a nuestro país como al mundo hacia un futuro más sustentable y humano.
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