Desde los inicios de la comunidad judía en Chile, ésta se ha esforzado por aportar significativamente al desarrollo social, económico y cultural del país. Nuestra fe, tradiciones y valores han enriquecido el tejido de esta nación, aportando a su diversidad y fortaleciendo su espíritu de convivencia. Hoy, más que nunca, reafirmamos nuestro rol en esta tierra que nos acogió con los brazos abiertos, permitiéndonos vivir nuestro judaísmo en plenitud y con libertad.
La Tefilá por Chile, una oración que nace del corazón, es una expresión de nuestro amor y compromiso hacia esta nación. Es una petición por la paz, la justicia y la unidad; una plegaria que invoca la protección y la prosperidad para todos y cada uno de sus habitantes. Como comunidad, entendemos que nuestra misión además de mantener viva nuestra fe, es también contribuir activamente al bienestar del país que nos ha dado un hogar. El sabio Maimónides, nos enseñó que "la oración no es solo un acto de devoción, sino un compromiso con la acción" (Mishné Torá, Hiljot Tefilá). Es por ello, que la comunidad judía se ha convertido en una parte activa y vital de la sociedad chilena, y ha realizado importantes aportes en diversas áreas del ámbito nacional.
Con 118 años de vida institucional en Chile, la comunidad judía ha asumido una gran responsabilidad con el país, enfocando sus esfuerzos en actividades que generan un impacto positivo en la sociedad. A lo largo de los años, ha establecido diversas organizaciones dedicadas a la ayuda social, la capacitación y el empleo, la salud, la innovación y la inclusión social. El compromiso se manifiesta también en la respuesta a situaciones de crisis y en el apoyo constante a iniciativas de solidaridad, destacándose como un pilar activo dentro de la sociedad chilena.
Sin embargo, en la actualidad, en este mismo país donde hemos trabajado codo a codo con nuestros compatriotas para construir un futuro mejor, enfrentamos un triste y preocupante aumento del antisemitismo. Este odio irracional, que corroe los valores de tolerancia y respeto sobre los que se asienta la sociedad chilena, es una amenaza que no podemos ignorar. Cada acto de antisemitismo, cada palabra de odio, es un golpe no solo contra nuestra comunidad, sino contra la esencia misma de lo que significa ser chileno. Como país, podemos y debemos hacer más para combatir este flagelo. Es fundamental actuar desde lo legislativo y lo educativo para erradicar este mal y proteger los valores que sostienen nuestra democracia.
A pesar de este clima adverso, nuestra respuesta siempre ha sido y seguirá siendo el diálogo, la educación y la firmeza en nuestros principios. Continuaremos trabajando para fortalecer los lazos de hermandad y cooperación con todos los sectores de la sociedad chilena, promoviendo la paz y rechazando la intolerancia en todas sus formas. Es relevante destacar que la comunidad judía de Chile ha estado en la vanguardia en las iniciativas de diálogo interreligioso, trabajando en conjunto con otras comunidades para promover la tolerancia y la comprensión mutua. Chile necesita de todos nosotros, y nosotros necesitamos de Chile.
La Tefilá por Chile es también una reafirmación de nuestra identidad y nuestra historia, un recordatorio de que somos una comunidad con raíces profundas y un futuro comprometido con el bienestar de esta nación. Porque creemos en un Chile donde la diversidad es celebrada, no temida; donde cada individuo, independientemente de su origen o creencias, pueda vivir en paz y dignidad.
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