La incredulidad, el consabido "no pasa nada", o la falta de celeridad en decisiones han sido la diferencia de los resultados entre los países más afectados por el Covid-19.
Luego del brote en China, la aparición del Coronarivus en Corea no los tomó por sorpresa ni con falta de decisión. Corea reaccionó de inmediato, apenas después de una centena de casos, con medidas drásticas, amplias y con todos los recursos disponibles para el diagnóstico que permitieron separar a la población contagiada de la sana. La respuesta de la comunidad fue 100% disciplinada.
El resultado de casos y llegadas a los hospitales fue mucho más lento que lo que ocurrió en Italia e inmediatamente en España. En Italia comenzaron a ocurrir los casos y el turismo y comercio siguió normalmente; el ir y venir de personas no tuvo ningún tipo de restricción hasta que la explosión de contagios saturó el sistema hospitalario ante la desesperación de quienes intentaban dar y recibir tratamiento.
Así las cosas, la diferencia entre un país que tomó medidas drásticas desde el inicio para evitar el contacto entre una persona contagiada y una sana hizo la diferencia de un 2% de muertos en China y Corea y el hasta ahora 7% en Italia, donde la curva sigue subiendo. Cuando esa cifra de mortalidad se lleva a los adultos mayores, la tasa es alarmante.
La conclusión de esta situación tan distinta, es que los asiáticos lo asumieron drásticamente y con una comunidad nacional que acató disciplinada y rigurosamente, guardando distancia del familiar o vecino. La suspensión de reuniones, actividades escolares o algunos medios de locomoción, hicieron la diferencia entre los asiáticos y los italianos y españoles. Hoy Italia y España tienen ciudades desiertas, sin personas en las calles, comercios, ni sitios de producción. Ambos países enfrentan una pandemia sanitaria y además económica.
Las reuniones que he tenido con autoridades de salud, permiten asumir que técnicamente estamos en el camino correcto, pero hay que implementarnos de inmediato y que la comunidad responda.
Se debe habilitar urgentemente la mayor cantidad de camas y equipos de respiración mecánica. Es INDISPENSABLE la DISCIPLINA, COMPRENSIÓN y SOLIDARIDAD de la comunidad, traducido simplemente en limitar el contacto entre personas.
Sabemos que esto puede ser difícil, pero es la única manera de evitar la explosión de enfermos y la saturación de hospitales.
De las personas que enferman, el 80% tendrá una enfermedad leve, el 15% será severa y el 5% estará en la UCI. El tamaño de ese 5% hará la diferencia entre los que pueden sobrevivir o fallecerán. Combatir el Covid-19, es responsabilidad de todos.
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