Durante de la conmemoración de los 50 años del golpe militar se habló mucho de acciones innovadoras del gobierno de Salvador Allende, siendo una de ella la industrialización de la construcción a través de la KPD, planta industrializadora donada por la Unión Soviética, para enfrentar la reconstrucción tras el terremoto de 1971. Es ahí donde nos damos cuenta que muchas de las innovaciones que tenemos hoy ya estaban presente hace medio siglo, como el caso de la construcción industrializada de la vivienda social.
Durante el año 2022, el Ministerio de Vivienda y Urbanismo lanzó la agenda de industrialización que incluía varios temas que uno podría considerar novedosos, como el diseño desde el Estado de las viviendas industrializadas que tenemos hoy en día y que ya son el hogar de varias familias de nuestro país. En el pasado era normal que profesionales del Minvu diseñaran viviendas o conjuntos habitacionales, pero en algún momento eso se perdió y por algún motivo la secretaría se convirtió en un emisor de vouchers que se les dan a las familias para que tengan una solución habitacional, tercerizando el diseño y la relación con los comités de vivienda.
Si la agenda de industrialización fue un paso para recuperar prácticas que teníamos como Estado en el pasado, tomando el ejemplo de la KDP con la tecnología actual, hoy hemos dado un paso nuevo con la publicación del decreto de diseño y ejecución de Serviu (DS49/22) en que este servicio puede volver a contratar empresas para el diseño y posterior construcción de viviendas, recuperando una práctica que teníamos hace 30 años atrás, y como pasó con la agenda de industrialización, aprovechamos de hacer cambios para adaptar esta práctica pasada al futuro; este nuevo decreto permite que pidamos proyectos con BIM (Building Information Model) que es un estándar que se utiliza en el resto del mundo y en el sector privado, pero tímidamente en el Estado. También estamos incluyendo la posibilidad de que empresas constructoras participen en concurso de diseño y ejecución de conjuntos habitacionales, en que incluimos premios para el segundo y tercer lugar, para así fomentar la participación de nuevas empresas que antes no se animaban a sumarse, dado a los costos que implica un concurso y que no se vea recompensado si no se adjudican el contrato.
Es importante recalcar que, si bien estamos rescatando facultades que teníamos como Estado, eso no significa que no necesitemos a los privados ahora y en el futuro, ya que la agenda de industrialización va de la mano con las empresas industrializadoras y las constructoras que participan en los procesos, lo mismo pasa con el nuevo decreto de diseño y ejecución, se adjudica a empresas, no pretendemos volver al pasado, sino que apuntar al futuro aprendiendo de nuestra historia.
Esto se ve reforzado con el anuncio que hizo el ministro Carlos Montes en la inauguración de la feria Edifica 2024, en la que además de anunciar la agenda de industrialización 2024 del Minvu con la licitación de 20 mil viviendas industrializadas, es el llamado a que junto con las empresas innovemos y mejoremos nuestros procesos, los privados con nuevas tecnologías y nosotros como Estado adecuando nuestra normativa para reconocer los avances y no quedarnos detrás por trabas burocráticas que nos impiden ver hacia adelante.
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