Durante este mes, se anunció el nuevo proyecto de parque urbano sobre la Autopista Central, el que es parte del programa "Buen Vecino" del Ministerio de Obras Públicas. Este anuncio significa un gran aporte en una zona dividida por una autopista, entregando una solución en términos de espacio público, que, si se realiza con los criterios adecuados, puede afectar significativamente a la calidad de vida de vecinas y vecinos.
La comuna de Santiago actualmente tiene 4,6 m2 de áreas verdes por habitante (SIEDU, INE, 2018), menos de la mitad del estándar establecido en Chile; y el sector donde se construirá el nuevo parque urbano es cruzado por una autopista. Ambos criterios relevan la importancia de invertir en proyectos que pongan a las personas en el centro del diseño urbano. En este sentido, un proyecto de estas dimensiones implica aumentar el acceso a áreas verdes, las que generan beneficios importantes para vecinas y vecinos: son un lugar de encuentro y recreación, ofrecen oportunidades de deporte y juego, son un regulador de la temperatura, aumentan la biodiversidad urbana y disminuyen considerablemente la contaminación ambiental y acústica.
Es importante hacer énfasis en que para que estos proyectos sean pertinentes y sostenibles, deben considerar instancias de participación ciudadana para su diseño, incorporando los conocimientos, necesidades y anhelos de las comunidades. Un diseño pertinente y participativo se correlaciona con un mayor uso y apropiación del espacio. Así mismo, es esencial que el diseño incorpore criterios arquitectónicos y de paisaje, adecuados al territorio concreto, considerando el contexto de crisis climática que enfrentamos, a través -por ejemplo- de una selección vegetal de bajo requerimiento hídrico y que aporte a la biodiversidad urbana. Ello, adicionalmente, permite controlar los gastos de mantención.
De forma paralela a grandes proyectos de inversión urbana como este, existen también otras acciones e inversiones más pequeñas que contribuyen al objetivo de unir a las comunidades. Así, desde Mi Parque vemos cómo los procesos participativos para diseñar, construir y activar plazas de barrio generan espacios de encuentro, ya desde las propias instancias deliberativas. Disponer de espacios públicos de proximidad fomenta los lazos entre vecinas y vecinos, al ser los lugares de encuentro cotidiano y de creación de sentido de comunidad.
Celebramos la inversión en proyectos urbanos que busquen unir a las comunidades a través de espacios públicos para el encuentro en su día a día, especialmente en aquellos sectores cuyo acceso se ve limitado. La generación y mejoramiento de áreas verdes pertinentes, tanto de escala comunal como barrial, es una medida esencial que permite avanzar hacia ciudades más vivibles y sostenibles.
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