Investigadoras, no es solo una cuestión de igualdad

La participación de mujeres en los campos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (STEM) ha sido un desafío creciente durante las últimas décadas. A pesar de los esfuerzos para promover la formación de mujeres en estos campos, la participación femenina en áreas como la Ingeniería y Tecnología, así como en las Ciencias Naturales, sigue siendo baja. Esto no es simplemente una cuestión de estadísticas; es un reflejo de las barreras que enfrentan las mujeres en el mundo académico y científico.

Según datos de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID), aunque ha habido un ligero aumento en la adjudicación de proyectos a mujeres en áreas como Ingeniería y Tecnología y Ciencias Naturales durante el período 2019-2023, estas cifras demuestran que las brechas de género persisten, evidenciadas también en las postulaciones a concursos ANID, donde la representación femenina sigue siendo menor que la masculina.

Las razones detrás de esta disparidad tienen diversos argumentos. La vida de investigación es exigente y consume mucho tiempo, lo que puede ser especialmente desafiante para las mujeres que enfrentan cargas adicionales de responsabilidades de cuidado, tanto dentro como fuera de las instituciones académicas. Además, la representación desigual de género en las plantas académicas contribuye a una menor participación de mujeres en la postulación a proyectos y concursos. Con menos modelos a seguir y una sensación de inseguridad en la competencia, las mujeres a menudo se encuentran en una desventaja inherente.

Es en este contexto que las políticas públicas juegan un papel crucial. La conciencia colectiva sobre la importancia de abordar las inequidades de género en las instituciones está creciendo. Se reconoce cada vez más que cerrar estas brechas no solo es una cuestión de justicia social, sino también de mejora de la calidad y la diversidad del conocimiento científico.

La ANID ha tomado medidas significativas para abordar estas desigualdades. La decisión de otorgar becas de magíster y doctorado de manera equitativa es un paso en la dirección correcta. Esta acción afirmativa contribuye a reducir las brechas de género en la formación de posgrado y proporciona a las mujeres las oportunidades necesarias para avanzar en sus carreras académicas y científicas.

Asimismo, el apoyo del Estado para promover políticas dentro de las instituciones de educación superior es fundamental. Instrumentos como InES Género de la ANID han sido vitales para visibilizar el trabajo de las mujeres en la ciencia y la investigación, otorgándoles el reconocimiento que merecen y promoviendo la colaboración en la producción científica.

Para lograr un acceso verdaderamente abierto y equitativo para las investigadoras, debemos seguir abordando los obstáculos que aún persisten en nuestro sistema científico y tecnológico. Esto incluye la creación de más espacios de participación de mujeres en áreas STEM, que se puede impulsar revirtiendo la subrepresentación de hombres en las ciencias sociales, por ejemplo.

En este desafío, la inclusión de mujeres investigadoras y académicas, no es solo una cuestión de igualdad de oportunidades, sino también es esencial para la innovación y el progreso. Al trabajar juntos para superar las barreras existentes, podemos construir un futuro donde la diversidad pueda contribuir plenamente al avance de la ciencia y la tecnología.

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