Una oportunidad para avanzar en digitalización

La crisis sanitaria generada por el avance del Covid-19, ha desafiado la forma en que funcionamos como sociedad, cambiando drásticamente nuestro sistema de abastecimiento, trabajo, formas de socialización, compras y trámites cotidianos, a una velocidad que nunca podríamos haber anticipado.

Las consecuencias sociales y económicas de esta crisis serán muy duras, pero también tendremos la oportunidad de implementar cambios estructurales que nos harán un mejor país en el largo plazo.

Vernos en la obligación de adoptar medidas de digitalización para continuar con nuestras actividades, nos ha forzado también a abrir la mente y perder el miedo a implementar soluciones innovadoras, y es probable que muchas de estas acciones tomadas como solución de emergencia, se terminen perpetuando en el tiempo, que mejoren la eficiencia en los procesos y resuelvan problemas que van más allá de la crisis.

El estudio “Las oportunidades de la digitalización en América Latina frente al COVID-19”, realizado por la Cepal y el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), posiciona a Chile como el Estado más resiliente del continente para enfrentar la pandemia en términos de digitalización, con un índice de 54,98. Un número que grafica la capacidad que un país tiene para continuar con sus procesos administrativos y con la entrega de servicios públicos.

Pero, pese a la buena posición de Chile en este ranking, seguimos estando muy por debajo del promedio de la OCDE que alcanza un 66,17. Este mismo estudio, señala que “es raro encontrar casos de países donde el éxito relativo en el control y la mitigación de COVID-19 no esté explicado en buena medida por el uso de aplicaciones móviles y sistemas de información soportados en tecnologías digitales”, un llamado de atención que nos debe motivar a seguir avanzando en esta materia. 

Todo esto también va de la mano con la responsabilidad de cuidar las herramientas tecnológicas con las que ya contamos. La falla en la implementación de tecnologías -como ocurrió con la Clave Única para la solicitud de permisos temporales y salvoconductos - es un ejemplo de una excelente tecnología que al darle un rol forzado y de forma improvisada, pudo ganarse una mala reputación ciudadana de no haberse revertido la medida con la velocidad con la que, oportunamente, se hizo.

Innovar no es necesariamente crear nuevas tecnologías o utilizar toda la que tenemos a nuestra disposición, sino que idear formas de adaptarnos a situaciones problemáticas y novedosas.

Si la enorme crisis ambiental y social que ya afectaba al mundo no fue suficiente razón para cambiar el cómo hacemos las cosas, tal vez este golpe económico y sanitario que vivimos sí sea el impulso que faltaba para abrir nuestras mentes.

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