En los últimos tiempos hemos visto una escalada de politiquería de matinal, alimentada por encuestas de discutible historial, y alegremente fomentada por los medios de comunicación, controlados casi sin contrapeso por un sector político.
Imágenes de asaltos repetidas en loop por horas mientras ciertos opinólogos de televisión "opinan" que no está tan mal que se torture a los detenidos, que vuelva la pena de muerte, que los civiles anden armados y que no se puede salir a la calle en ciertas comunas (donde los alcaldes no son del gusto del auspiciador de turno). En esta escalada de declaraciones, prisas legislativas, alcaldes ubicuos y peleas por cuotas de pantalla, lamentablemente también se han ido sumando las autoridades.
Sin embargo, algunas cifras insinúan que la realidad tiene ciertos matices que la televisión no está interesada en detallar. Al parecer no somos el país más violento del mundo, ni de la región. Pero es un detalle, lo importante es tener asustada a la gente, porque la gente asustada vota por la derecha. En estos momentos de locura se necesita calma y mirada de perspectiva ante tanta declaración y espectáculos para la galería. ¿Qué nos dice la historia? ¿Por qué pasa lo que pasa? ¿Por qué somos como somos y estamos como estamos?.
¿Sirve de algo la pena de muerte? "El Chacal de Nahueltoro" nos dice que no, hasta el peor asesino tiene posibilidad de redimirse, aunque pase el resto de su vida en la cárcel, y es absurdo que un sistema lo rescate para después eliminarlo. Matar gente no arregla nada.
¿Son los barrios marginales y la inmigración el caldo de cultivo de la delincuencia? Puede ser, pero películas como "Caluga o menta", "Caminito al cielo" o "Perro bomba" nos dicen que pocas opciones hay en la pobreza. ¿Puedes surgir de la pobreza? Sí, pero cuesta en una sociedad desigual, como nos muestra "Valparaíso mi amor" o la serie "El reemplazante", donde además influye la educación.
En "El cielo está rojo" se nos muestra la espantosa indiferencia ante el sufrimiento de los condenados y la dignidad que ellos tienen y merecen, aunque nuestra sociedad -nosotros- no la vea. Si hubiéramos puesto atención a películas como "Johnny 100 pesos" o "Mala junta" no habríamos necesitado de un estallido social para intentar construir una sociedad más justa.
La violencia no viene de un grupo de desadaptados ni comenzó ayer, es un problema estructural que los poderosos de siempre no quieren corregir. Ahí tenemos "La batalla de Chile", "Chicago boys", "I love Pinochet" y "Machuca", que nos muestran hasta dónde llega la élite para defender sus privilegios, y qué piensa de eso. No podemos olvidar el pasado, éste volverá y será una pesadilla. Vean "Ángel negro", si tienen dudas al respecto.
El gran, gran, problema es que por su naturaleza el cine suele llegar tarde (hacer una película es un proceso que toma años), pero muchas veces nos hace escuchar los ruidos subterráneos. El arte se hace cargo, mucho antes que la sociedad, dijo la actriz Daniela Vega.
Debemos mirar al cine chileno, nuestro cine nos está mirando. Nos habla más de la realidad que los matinales.
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