No todo es negocio

Marco Quintanilla Pizarro

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La emergencia sanitaria que estamos viviendo generó mucha especulación en cierto sector del mercado y la población, por lo que se vieron aumentados los precios de productos básicos para enfrentar la pandemia como las mascarillas, el alcohol gel, los desinfectantes ambientales, el cloro, etc.

Esto no tan solo se dio para el consumo de la sociedad civil sino que también lo sufrieron Hospitales, CESFAM y Clínicas. Este aumento de precios se podría ver profundizado posterior a la cuarentena total decretada para las siete comunas de la Región Metropolitana y para las comunas que ya lo habían sido con anterioridad, lo que afectaría principalmente en los alimentos y artículos de primera necesidad tales como la leche, las verduras, la carne, el pan y los medicamentos entre otros.

Es imperante la necesidad de que el Gobierno y el Congreso establezcan un congelamiento en el precio de ciertos productos básicos, estableciendo una banda de precios en la que éstos oscilen razonablemente, que no afecte el mercado, pero que tampoco vaya en desmedro de la economía familiar.

Considerando que la mayor parte de la población trabajadora no tendrá reajustes en sus ingresos, más aún, es muy probable que la curva del desempleo se incremente mucho más en un futuro cercano, agudizando de esta forma el lamentable escenario en el que hoy estamos situados. La implementación de este congelamiento de precios podría brindar a las familias chilenas un clima de tranquilidad, al menos, en este ámbito.

Chile requiere de medidas drásticas para enfrentar este escenario económico y sanitario, medidas que sean tomadas pensando en la gente y no en el bolsillo de los mismos de siempre, quienes hoy, como pocas veces, ven afectada su situación e intentan aminorar el impacto cargándolo a quienes menos tienen.