Los desafíos culturales de marzo
El programa de cultura de la Presidenta Michelle Bachelet plantea grandes desafíos, tanto para quienes estarán en la administración del Gobierno, como para los creadores, gestores culturales y ciudadanos.
Los cambios que Chile ha manifestado en esta última década, principalmente han sido cambios culturales. Estudiantes en la calle, trabajadores empoderados, ciudadanos regionales indignados, no son más que un síntoma de un cambio en la manera de ver a nuestra sociedad. Imaginamos una sociedad distinta a la que nos rodea hoy, luego miramos nuestro contexto y el contraste de esas dos realidades nos indigna.
Si la Cultura es la manera en que vivimos y nos relacionamos en comunidad, claramente estamos evidenciando que queremos vivir de otra manera, en un país con otros valores, con otros parámetros y otros derechos.
El anhelo de validar una nueva Constitución, también es un cambio cultural, queremos entendernos de otra manera.
Es interesante entonces pensar en cómo una política cultural aportará a este proceso social que vive el Chile de hoy.
El programa de Cultura, propuesto plantea en este sentido algunos ejes que pueden colaborar en este cambio cultural.
El primer eje interesante es una política cultural dirigida no solo a los creadores, sino a todos los habitantes del país. Sin duda que suena ambicioso y sobre todo más de alguien no comprenda bien qué significa esto y cómo este eje puede movilizar nuestra sociedad.
Actualmente, nuestra política cultural ha basado sus esfuerzos en el fomento a la creación, a través de líneas concursables para artistas de distintos ámbitos de la creación.
Luego de varios años lo que tenemos es una infinidad de creaciones que no han logrado circular por el país, es decir, los chilenos no conocen lo que crean los chilenos.
El eje ciudadano que plantea el nuevo programa propone antes que todo dedicar los mayores esfuerzos al acceso de la ciudadanía, esto quiere decir, implementar líneas de trabajo que fomenten por un lado mayores espacios culturales a lo largo del país, con lo cual podríamos esperar una mayor circulación de nuestras creaciones.
El cine, en este sentido es sin duda la disciplina de mayor precariedad.Estrenamos más de 30 películas al año y muy pocas de ellas circulan por otras regiones que no sean la Metropolitana.
Por otra parte no hemos logrado atender a nivel país el desarrollo de talentos artísticos, ya sea porque no existen espacios de formación descentralizados o bien porque las condiciones para desarrollar las artes como un oficio de vida aun son muy desiguales.
El programa plantea crear mejores y mayores condiciones para desarrollar talentos creativos, ya sea al interior de los programas docentes en la educación escolar, como en espacios destinados a la formación de talentos. Esto lo veremos como una de las medidas de los primeros 100 días.
Este eje, a largo plazo, lo que plantea es la posibilidad de vivir en un país de mayor densidad cultural.
Un segundo eje fundamental es el cruce que pretende dar la política cultural con la educación. ¿Cómo podemos entender una reforma educacional sino a través de una reforma cultural?
En este sentido un gran ayudador sin duda podrá ser la televisión.Nuestros niños hoy se forman en la escuela y en la televisión, por tanto revisar el modelo de televisión pública podrá ser un gran sentido hacia un desarrollo cultural para el país.
Para ello será necesario que nuestra televisión dedique más espacios a contenidos culturales , y por qué no contar con un TVN cultural.
Estos desafíos, serán algunos de los que tendrá el próximo ministro o ministra. Sin duda una tarea difícil, pero sobretodo extremadamente alentadora.
Y por eso, es fundamental pensar y repensar con varias inteligencias sumadas el perfil de quien lleve a cabo esta labor.
La inteligencia de los creadores aporta la certeza que el oficio de creador no es el perfil requerido. La inteligencia de la buena política sabrá hacer ver que esta cartera debe tener un carácter político y no tan solo de equilibrios.
El desafío para el gobierno, por ahora será saber darle las herramientas necesarias a la política para lograr un mayor desarrollo cultural.
El desafío de los creadores será comprender el nuevo equilibrio, donde los artistas construyen relato y este debe vincularse a los ciudadanos.
El desafío de los ciudadanos será la articulación, el trabajo de bases y la demanda cultural.
Tenemos una gran oportunidad de trabajar para que el Chile de nuestros nietos sea un chile culturalmente rico y denso.
Yo, me sumo.
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