Los más de treinta mil hinchas locales que llegaron al Estadio Nacional, no pusieron nerviosos a los oro y cielo, pero al parecer sí al árbitro, quien se vio bastante errático en su accionar durante todo el partido, lo que demuestra que el buen momento que estamos pasando, es gracias a nuestros propios méritos.
Dos jugadores de la "U" gratis en la cancha, y algunos cobros dudosos, marcaron la pauta de un paupérrimo arbitraje, que si bien supimos remontar con goles, nos afecta en la suma total de puntos.
Esos son temas que la prensa no va a querer tocar, porque no les conviene, no quieren asumir que un equipo de región le quita protagonismo a aquellos equipos/empresa que pagan por salir en pantalla, por lo tanto el azul y amarillo se seguirá viviendo solo en la cancha, en el estadio, donde cada hincha que se encargó de agotar las entradas de la galería norte del estadio nacional, no bajó nunca los brazos a pesar de tener casi todo en contra, y son aquellos hinchas los que seguirán asistiendo hasta el final del campeonato, sabiendo que sin el apoyo de nadie mas que su club llenarán cada galería para pelear el campeonato cara a cara contra Santiago.
Quisiera comentar también, que como todos sabemos, la simulación de faltas está sancionada con tarjeta amarilla , aquí y en todas partes.
Entonces, ¿por qué los comentaristas del CDF, transcurridos más de 20 minutos del segundo tiempo en el partido entre la U y Everton, hacen vista gorda a la grosera simulación de David Pizarro (U),quien cae de forma espectacular sin haber tenido contacto con el jugador oro y cielo?
Esto hubiese pasado desapercibido si no fuera porque 2 minutos después el jugador Salinas de Everton comete una simulación y logra un tiro libre a su favor.
En ese momento estos eruditos de la pelota lanzan las siguientes frases: "esto debiese ser sancionado, a los chicos debiesen educarlos, eso no es se hace", "el árbitro se equivocó "..., etc.
No entiendo por qué no hubo comentarios por lo de David Pizarro, minutos antes y en la misma situación.
Un jugador que tocó el cielo durante su carrera, que supuestamente es un ejemplo para muchos, ¿no debiese ser exigido más que las nuevas generaciones?, digo, para ser consecuentes, ¿intocable?, ¿por qué?, ¿o el agradecimiento por ser un gran aporte al deporte chileno, hace mirar de reojo este tipo de acciones? ¿Sólo pasa en el fútbol?
No quiero ser destructivo, sólo aportar con un ejemplo común, que nos da la oportunidad de equilibrar en algo las cosas y comprender que la realidad y la verdad, van más allá de la subjetividad de algunos comunicadores.
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