Una vez más, la ciudadanía organizada de Chile ha colocado los verdaderos temas sobre la mesa. Ya lo hicieron los estudiantes secundarios con la revolución pingüina el año 2006 y, más tarde, esa misma generación se manifestó en calidad de universitarios el 2011, a través de las masivas movilizaciones estudiantiles, que desnudaron nuestra precaria educación en cuanto a calidad y financiamiento.
El pasado 24 de julio el panorama fue más categórico. Miles de familias a lo largo de todo Chile salieron a la calle y le dieron vida a una marcha en contra del sistema de pensiones, sin embargo, esto es más profundo. Lo que está realmente en cuestión es el modelo económico chileno que también –al igual que la educación- comienza a desnudarse.
Ha quedado al descubierto la danza de millones que el mundo laboral entrega todos los meses a las AFP’s (cerca de 500 mil millones) y la cantidad que se devuelve en pensiones (200 mil millones). De esta manera, las administradoras cuentan con un disponible de al menos 300 mil millones de pesos todos los meses para invertir, lo que hacen preferentemente en 12 grupos económicos chilenos y en el extranjero.
Las Pymes, obviamente, no acceden a ni un peso de esta sideral masa monetaria. Los grupos económicos que reciben estos grandes flujos financieros a casi, o derechamente a cero costo, controlan la economía nacional. Es así como se forma un círculo perverso, donde empresas de menor tamaño no acceden a flujos de capital, y que si los llegan a obtener, los consiguen pagando altísimas tasas a estos mismos grupos económicos. Aquí está la explicación esencial de porqué la economía chilena es altamente concentrada y asimétrica, la ganancia de pocos está en perjuicio de muchos.
Nos han recitado por más de dos décadas que los grandes empresarios chilenos son tremendamente emprendedores, sin embargo, ¿qué espíritu emprendedor se puede tener cuando toda la economía y la sociedad política les ha sido tan favorable?
Nos han tratado de convencer con la idea de que las Pymes no crecían por falta de gestión, capacitación, innovación, etc. Resulta que hoy nos damos cuenta que sus principales competidores las grandes y megas empresas, que controlan el 90 % de la economía, eran apalancadas con grandes sumas de capitales. Esto les ha permitido no solo asegurar y mega desarrollar los negocios que instalaron, sino que además, generar una vasta red de influencias políticas que les aseguran a todo evento altas rentabilidades de sus empresas.
Estos grandes conglomerados económicos, se han dedicado en esencia a generar negocios en la minería extractiva, negocios del retail y empresas de servicios financieros especulativos y rentistas. Actividades que agregan poco valor a la economía nacional y que no requieren gran investigación, desarrollo o innovación. Por cierto, tampoco requieren estar generando cadenas de valor con empresas de menor tamaño. Estas solo les sirven para expoliarlas.
Entonces, cuando la ciudadanía irrumpe y “destapa la olla”, se nos vienen una serie de cuestionamientos,ejercicio que afortunadamente permite hacer crecer la conciencia colectiva.
Entre otras preguntas, hay una que es esencial ¿ha estado Chile avanzando a un verdadero desarrollo?, la interrogante tiene total pertinencia cuando tenemos una economía cautiva en manos de un reducido grupo, que por lo demás, poco valor le otorga a ésta, cuando tenemos una educación de tan mala calidad y segregadora; una salud pública que no logra resolver la demanda de la población y una salud privada cada vez más robusta y elitista que ¡adivinen! controlan los mismos grupos económicos que manejan los recursos de las AFP’s.
Bienvenidos al país donde la mayoría de sus ciudadanos logran bienes a base de un altísimo endeudamiento, deudas que se adquieren con los mismos conglomerados que controlan la banca y el retail. De más está decir que estos mismos bienes en su mayoría son importados, sin permitir que las Pymes sean parte del abastecimiento del consumo nacional.
Entonces si usted es un micro, pequeño o mediano empresario, la próxima vez que le digan que debe hacer mejor gestión, capacitarse o mejorar su productividad y una serie de frases que le han venido repitiendo como mantra los últimos 26 años, piense y reflexione, en la danza de millones a los que acceden ese puñado de empresas, que son sus mayores competidores, los que acaparan el 87% de las ventas y año a año se han adueñado del mercado y la economía nacional. Lo que es peor, construyeron una maquina de influencia y poder que les ha asegurado sus granjerías hasta el día de hoy, a las cuales usted, no tiene acceso.
Las PYMES tenemos dos opciones: que esto se prolongue eternamente o que junto a la ciudadanía organizada y movilizada, digamos ¡BASTA!
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