Cooperativas agroalimentarias, alianza por equidad, innovación y resiliencia

En un escenario marcado por los efectos del cambio climático y los desafíos para garantizar la seguridad alimentaria, las cooperativas se posicionan como un eje estratégico para el desarrollo productivo y sostenible del campo chileno. El cooperativismo es mucho más que una figura asociativa tradicional, es un modelo que facilita a las familias campesinas, a los pueblos indígenas y a los pequeños y medianos productores rurales la posibilidad de asociarse para acceder a nuevos mercados, integrar tecnología y valor agregado en sus procesos, y fortalecer los encadenamientos productivos en sus territorios.

Las cooperativas agroalimentarias, además, han demostrado una notable resiliencia frente a crisis climáticas, económicas y sociales. Al actuar de forma asociativa, logran reducir la vulnerabilidad individual y responder mejor a eventos extremos mediante la colaboración, el apoyo mutuo y la búsqueda de soluciones conjuntas. Gracias a este modelo solidario, las cooperativas no solo resisten los impactos inmediatos, sino que se adaptan, innovan y se preparan para los desafíos futuros, asegurando la estabilidad productiva y el bienestar de las comunidades rurales que representan.

En el Ministerio de Agricultura hemos asumido este potencial como un componente central de nuestras políticas públicas. A través del Instituto de Desarrollo Agropecuario apoyamos el fortalecimiento de empresas asociativas campesinas, mientras que la Comisión Nacional de Riego destina recursos para mejorar la eficiencia hídrica de cooperativas agrícolas. Junto a la Fundación para la Innovación Agraria y el Ministerio de Ciencia impulsamos el programa AgroCoopInnova, que promueve la incorporación de innovación y desarrollo tecnológico en los modelos de negocio cooperativos.

Estas iniciativas se enmarcan en el Plan Nacional de Fomento al Cooperativismo Agroalimentario y Rural, coordinado por la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa), que nos permite alinear los esfuerzos del sector público y actuar con mayor coherencia y escala. Asimismo, el Comité Técnico Público-Privado de Cooperativas Agroalimentarias que ejecuta este Plan se ha transformado en un espacio clave para identificar brechas, consensuar soluciones y construir una agenda compartida para fortalecer el sector.

A estas políticas se suma un hito que consideramos estratégico: la creación del Instituto Nacional de Asociatividad y Cooperativas (INAC), impulsado por el Ministerio de Economía a través de Corfo, que busca articular el trabajo público-privado, entregar asistencia técnica y acompañar a las cooperativas, sus federaciones y confederaciones, en su desarrollo organizacional y productivo.

En este marco, es importante destacar que el 5 de julio celebramos el Día Internacional de las Cooperativas, en un año muy especial para el cooperativismo a nivel global, ya que la Organización de las Naciones Unidas ha declarado 2025 como el segundo Año Internacional de las Cooperativas. Esta conmemoración es una oportunidad para reconocer los avances logrados y reafirmar nuestro compromiso con las cooperativas chilenas, que son pieza fundamental para la economía rural y para la construcción de sistemas agroalimentarios resilientes, inclusivos y sostenibles.

Hoy, más que nunca, el cooperativismo representa una oportunidad concreta para fortalecer el mundo rural, generar valor local y avanzar hacia mayores espacios de desarrollo. Desde el Ministerio de Agricultura reafirmamos nuestro compromiso de seguir trabajando junto a las cooperativas y sus territorios para construir el futuro que Chile merece.

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