En Chile se vive de paradojas. Mientras el país expone grandes cifras macroeconómicas y se celebran los números del Imacec junto a la estabilidad financiera de los mercados chilenos, los salarios de los y las trabajadoras no alcanzan para cubrir las necesidades básicas para reproducir la vida. Las altas rentabilidades con las que festinan grandes grupos económicos distan totalmente de la realidad de los hogares en Chile. El "chorreo" nunca ha ocurrido y, de hecho, gran parte de la masa de dinero que acumula el gran capital se basa en que esta "distribución" nunca ocurra. Se busca que a los/as trabajadores/as se les pague lo mínimo y los salarios se mantengan deprimidos. Esto, para no afectar las ganancias ni las celebraciones de la elite económica.
En el último estudio de Fundación SOL se exponen los paupérrimos ingresos de los y las trabajadoras. Al observar los ingresos de la ocupación principal se constata que el 56% de los trabajadores y trabajadoras gana menos de $500.000 líquidos; el 71% gana menos de $700.000 líquidos; sólo el 16% gana más de $1 millón líquido. A la mayoría de los trabajadores/as solo lo separan $4.000 pesos de la línea de la pobreza para un hogar de tres personas que hoy está ubicada en los $496.000 pesos. Lo que hace obligatorio sobrevivir a los hogares con más de un ingreso. Otra paradoja que anota Chile: trabajadores/as que a pesar de trabajar 44 horas semanales son pobres.
Los bajos salarios en Chile obligan a completar ingresos vía deuda. El año 2024 se inauguró con 4 millones de personas morosas. Una cifra inédita desde que se tiene registro. Estas personas no logran cumplir con sus obligaciones de deuda y deben entrar al "bicicleteo" tratando de llegar a fin de mes. La mora promedio de estos 4 millones de trabajadores/as es de $2.103.000. ¿Cómo se cubre una deuda de más de 2 millones con ingresos de 500 mil pesos? La deuda es un mecanismo de la clase trabajadora para suplir lo que no alcanza con el pago por la fuerza de trabajo.
La paradoja de la celebración en algunos sectores y la sobrevivencia de otros se puede observar también en los ingresos más altos que captura la encuesta Casen. Solo un pequeño segmento (2%) de la población registra estipendios sobre los $3 millones líquidos hasta los $40 millones. Esto, tomando en cuenta que los ingresos que se observan a través de Casen están subrepresentados para los sectores más ricos ya que, en general, no contestan encuestas de hogares.
En Chile, país de paradojas, la mayoría de la población obtiene salarios bajos mientras el 1% tiene ingresos mensuales suficientes para mantener al menos a mil hogares del decil más pobre. Mientras son los trabajadores y trabajadoras quienes sostienen la economía en sus espaldas, otros se benefician de su trabajo. La desigualdad en los ingresos se profundiza en un país mercantilizado en el cual la deuda es parte del salario familiar y no hay política pública redistributiva efectiva que permita que los trabajadores/as gocen del esfuerzo de su trabajo. Un política robusta de salario mínimo, fortalecer a los sindicatos y promover una negociación colectiva ramal es urgente para recuperar poder adquisitivo para la clase trabajadora y que la riqueza sea de quienes la producen.
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