Conociendo el Informe de Política Monetaria (IPOM), los porfiados números debieran hacernos salir de la trifulca de la elección presidencial y pensar como electores, ciudadanos, autoridades: cómo enfrentar el complejo escenario económico.
Lo responsable es aterrizar el crudo análisis del último informe del Banco Central; sin esa caricatura de la amenazante recesión, o una discusión liviana sobre alza o no en los impuestos. Lo que Chile necesita es una estructura de próximo gobierno, firme y decidida en lo económico, que entregue seguridad a las familias.
Son los hogares de nuestro país los que se ven directamente afectados con la magra y preocupante proyección del IPOM, que recoge la desaceleración importante de la actividad por la que hemos pasado, con un crecimiento entre 1,5% y 2,5% para el año que viene e, incluso con 0% y 1% para el 2023. El peor de los mundos y del que debe hacerse cargo el próximo gobierno.
Este duro informe nos relata las repercusiones de la insostenible inflación de 7%, consecuencia de una administración que no supo contener medidas extremas y obligó retiros de fondos de pensiones. Insisto, estas cifras tienen rostro, porque inciden de forma directa en quienes dependen de un sueldo, significa una reducción en su bolsillo, eso nos deja en la necesidad imperiosa de poner como prioridad la forma de cómo cuadrar la caja.
Es claro que, en la práctica, el país funciona igual que una familia, si quiere asumir más gastos, no siempre subir impuestos por sí solo significa recaudar más recursos para llegar a la capacidad de responder a demandas sociales. Por ello es relevante que el próximo gobierno busque motivar la inversión y ello se logra dando certeza jurídica, fomentando el emprendimiento que debe ser parte del impulso de política pública.
El país requiere de cambios bien hechos, también en materia económica. No podemos arriesgar tener un menor ingreso para el gasto que ya tenemos comprometido, lo mismo para aquellos anuncios rimbombantes que fomentan expectativas para lo cual aún no se registra su financiamiento, como es el caso del anuncio del gobierno respecto una pensión básica universal, lo que implica 3 mil millones de dólares que el país no tiene. Esos anuncios sin fondo es lo que Chile NO necesita.
El país espera soluciones estructurales. El compromiso, voluntad política y la gobernabilidad de materializar cambios bien hechos con sostenibilidad, asegurando el crecimiento del país. Creo que la gran mayoría del país espera esa seguridad, lejos de planteamientos voluntaristas, cerca de luchar contra la desigualdad. Porque no estamos en situación de perder otros cuatro años más, como los desperdiciados por el actual gobierno.
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