En la era actual de rápidos avances tecnológicos, el futuro del empleo no es sólo una visión cinematográfica sobre el mundo que vendrá, sino una realidad que estamos experimentando ya hace algún tiempo. Según un estudio del OTIC de la Cámara Nacional de Comercio y Abbanz Consultores, se crearán más de 160 mil nuevos puestos de trabajo en sectores estratégicos durante la próxima década. Este dato subraya no sólo las oportunidades emergentes, sino también la necesidad urgente de adaptarse a un entorno laboral cada vez más tecnológico y desafiante.
El informe detalla que el 34% de estos empleos requerirán habilidades técnicas avanzadas en soluciones tecnológicas, mientras que un significativo 29% se enfocará en prácticas de sustentabilidad. Además, se espera que 23% de los nuevos roles se concentren en la seguridad laboral y alimentaria, y otro 13% en la gestión de conflictos.
A medida que avanzamos, roles tradicionales están siendo transformados por la automatización. Por ejemplo, en el comercio minorista los sistemas de auto-checkout están redefiniendo cómo interactuamos en las tiendas, planteando interrogantes sobre la necesidad futura de ciertos roles tradicionales y las competencias de quienes ahí se desempeñen.
Sin embargo, no debemos quedarnos en la amenaza. La integración de tecnologías como la inteligencia artificial abre nuevas oportunidades en campos emergentes como el control de huella de carbono, el diseño sostenible y la seguridad alimentaria. Estos campos no sólo demandan habilidades técnicas, sino también un enfoque renovado hacia la sustentabilidad y la resolución de problemas e interacción con otros campos.
Para estar preparados, es crucial invertir en la identificación de brechas, formación continua y la certificación de competencias. Esto además de asegurar que las y los trabajadores estén listos para las demandas cambiantes del mercado, también fortalece la competitividad empresarial y la productividad en los sectores estratégicos.
Sin duda nos enfrentamos un futuro laboral que ya está aquí. La adaptabilidad y las habilidades transversales, como el manejo de tecnologías y el pensamiento crítico, son esenciales para navegar con éxito en este nuevo panorama laboral. Al colaborar estrechamente entre el sector público y privado, podemos asegurar que nuestras estrategias de formación y desarrollo de talento estén alineadas con las demandas del mercado, promoviendo así una economía más dinámica, eficiente e inclusiva.
En este viaje hacia el futuro del trabajo, debemos ver los desafíos como oportunidades para innovar y crecer. Solo así podemos asegurar que cada paso que damos nos acerque más a un mercado laboral que se adapte a los cambios y los transforme en motor de progreso y desarrollo, y a la vez preguntarnos una vez más, si es que estamos preparados para enfrentar este cambio.
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