El plebiscito pasado arrojó interesantes resultados, ya que las 20 comunas donde el Apruebo obtuvo los mayores porcentajes son aquellas como, Freirina, María Elena, Diego de Almagro, Chañaral, Huasco, Andacollo, Petorca, Tocopilla, Mejillones, Puqueldón, Illapel, Llay LLay, Tortel, San Antonio, Queilén, Lo Espejo, Nogales, MontePatria, Tierra Amarilla, La Pintana, Canela, Alhué, Vallenar y Puente Alto.
Existen muchas variables para explicar el alto porcentaje obtenido en estas comunas, pero sin duda, se puede establecer un eje en común: el abandono del Estado. Y esto es lógico, dado que muchas son zonas de sacrificio, zonas donde se ha violado el derecho humano al agua y zonas marginadas con ausencia de servicios públicos y fuentes de trabajo.
Esto es el resultado de un modelo económico extractivista de los bienes naturales, sin consideraciones medioambientales ni con las comunidades locales, donde el trabajador se ha visto obligado a migrar desde zonas de desarrollo de pequeña agricultura a zonas de grandes mineras, o en la misma ciudad, desde zonas marginales de la capital hacia las tres comunas del rechazo. Una situación económicamente costosa para el país y que socava la calidad humana de las personas.
En particular, el derecho humano al agua es uno de los puntos notorios en muchas de estas comunas. En el caso de Freirina, con los casos de contaminación con tóxicos en el agua el año 2012, muchas familias viven de los camiones aljibes, donde sólo este año se ha inaugurado un sistema de agua potable rural para 83 familias que ven con alegría y asombro ver salir agua desde las llaves de su casa. A esto se suma el hecho ocurrido el año 2017, donde miles de vecinos quedaron sin agua potable y sufrieron vómitos y dolores estomacales luego de una mala operación de Aguas Chañar que terminó arrojando 8 litros de petróleo a las tuberías de agua potable.
En María Elena, mal conocida como la comuna SQM, durante el año 2018 decenas de pobladores denunciaron que, a raíz de un conflicto entre SQM y Aguas Antofagasta, se mantuvo sin agua a la comuna de 7.000 habitantes durante varios días.
El año 2016, según antecedentes recabados por la SISS, en siete comunas del país el agua potable incumplió con los criterios de calidad registrando altos niveles de sulfatos, cloruros, nitratos y otros agentes tóxicos superando los límites de la norma. Es el caso de Diego de Almagro, Tierra Amarilla y Chañaral, donde opera Aguas Chañar.
Huasco y Petorca cuentan con movimientos socio ambientales conformados hace años, en el primer caso el problema del agua ha estado vinculado directamente con la minería, donde el claro ejemplo es el fenecido Proyecto Pascua Lama que dañó glaciares y contaminó las aguas del río Estrecho que es afluente al río Huasco. En Petorca, las grandes plantaciones de paltas en suelos sin actitud para la agricultura han llevado al desecamiento de la zona y la ausencia total de caudales en los ríos, la solución desde el Estado ha sido dotar de camiones aljibes.
En Tocopilla, si bien contará con una planta desaladora para abastecer el 100% de su población, también tuvo serios problemas de contaminación de agua potable con arsénico en años anteriores. Por otro lado, en Andacollo las instalaciones de la Compañía Minera Carmen se ubican a sólo 8 minutos del centro de la ciudad, la expansión de la minera ha afectado a las comunidades locales y los servicios ambientales que se generan a partir del agua que se extrae desde el acuífero el Culebrón.
En Queilén, la gente sufre de la contaminación del agua potable por agua salada, en sus casas el vital recurso les sale de color amarillento y en ocasiones con sabor a tierra, llevan 5 años sin agua potable, debiendo abastecerse con estanques aljibes. Algo similar ha ocurrido en Puqueldón, aunque ya el año pasado, sí se instaló un sistema de agua potable rural.
En Alhué, localidad de Talamí existen familias que no tienen acceso a agua potable y logran vivir con sólo 50 litros a la semana. Se abastecen de las vertientes cuando hay agua, pero con la sequía deben llamar al municipio para pedirla. Ni pensar en regar o dar agua a animales.
Y así la realidad continúa, camiones aljibes siguen abasteciendo a localidades de Illapel, Llay Llay y Nogales, también en Ercilla y otros sectores de la Araucanía.
El Oasis de América Latina se ha convertido en un desierto, un tema es la disponibilidad física de agua y otra es la disponibilidad legal, comunidades de la Araucanía pueden ver ríos llenos de caudal, pero no les pertenece, dado el agua es de privados.
El Estado Chileno contraviene todos los tratados internacionales e informes de la ONU, violando el Derecho Humano al agua a lo largo de todo el país, de lo que se desprende lógicamente que esto no sólo se trata de sequía.
Cuando pensamos en una nueva constitución, es esencial priorizar el uso para consumo humano y asegurar el derecho fundamental al agua potable, pero también es necesario fiscalizar el rol de las Empresas Sanitarias.
Chile se ha gastado miles de millones de pesos en camiones aljibes, mientras tanto las Empresas Sanitarias como Aguas Chañar, Aguas Andinas, Esval y Esbbio se llevan inalterablemente un 7% de utilidad por Ley.
¿Cambiemos Chile? partamos por lo esencial, el agua.
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