UE-CELAC: agenda verde para el norte global y extractivismo para América Latina

Los días 17 y 18 de julio en Bruselas, capital de Bélgica y lugar en el que se ubica el Parlamento Europeo, se celebró la tercera cumbre de jefes y jefas de Estado UE-CELAC. Este encuentro tenía como objetivo dialogar en torno a los acuerdos comerciales y de asociación entre países y continentes. El eje de esta cumbre giró en torno al bullado acuerdo del Mercosur-UE, que no se estaba discutiendo desde el año 2015 y hoy reaparece con urgencia.

Para Gabriel Boric ésta fue su primera vez en el encuentro intercontinental, en el que aseguró que su objetivo era fortalecer las relaciones entre los países de América Latina y la Unión Europea. El Presidente Boric aseveró "desde Chile, por lo menos, vamos a impulsar un mayor nivel de acuerdo en todas las dimensiones no solamente comercial y económica, sino que también, política y social entre América Latina y la Unión Europea".

Es difícil pensar en que Chile tenga más margen para profundizar sus acuerdos comerciales en "todas las dimensiones", ya que es importante señalar que Chile tiene casi 30 acuerdos comerciales (tratados de libres comercio, tratados bilaterales de inversión y acuerdos de asociación) con 66 países distintos, lo que lo convierte en el país con más acuerdos comerciales vigentes y ratificados. En éstos no sólo se establecen parámetros comerciales, se avanzan en cuestiones políticas, compras públicas, empleo, cooperación, entre otras.

La política comercial exterior de Chile se basa en la exportación de bienes comunes naturales -especialmente cobre- en un escenario de desigualdad estructural entre los países que importan materias primas sin valor agregado y las naciones que tienen el control de la compra de estas exportaciones. Este modelo que explota a las personas y al planeta está en favor del poder corporativo mundial, que perpetúa estructuras injustas para los modelos de desarrollo, especialmente de los países de las periferias locales.

Parece que el Poder Ejecutivo no se ha detenido a observar la insostenibilidad de un modelo comercial basado en extractivismo, ya que en el segundo día de la Cumbre UE-CELAC el Presidente firmó un memorando de "Asociación Estratégica sobre Cadenas de Valor Sostenibles de Materias Primas", que tiene como objetivo que los países de Europa puedan obtener materiales críticos como el litio y el cobre provenientes de Chile, los que se utilizan para la construcción de vehículos eléctricos y baterías.

Las minerías del litio y el cobre son profundamente invasivas para los territorios, se ha establecido que la política de transición energética y electromovilidad se basa especialmente en la extracción del litio y se desconoce que esta actividad productiva necesita grandes cantidades de agua en zonas que hace décadas atraviesan sequías. El modelo extractivista, en el cual se garantizan materias primas al norte global para que ellos puedan instalar su agenda "verde", no trae "desarrollo" para Chile o a los demás países que tienen yacimientos de litio. Tenemos el antecedente de la minería del cobre: Empleos externalizados, riesgosos, territorios devastados y una producción sin valor agregado.

Una estrategia responsable con el medio ambiente, las comunidades y los trabajadores/as debería poner en el centro la sostenibilidad y priorizar una integración productiva desde América Latina y el Caribe. Finalmente ¿cuántos hogares atacameños tienen que quedar sin agua para que un alemán pueda adquirir su auto eléctrico?

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