Cuidar a nuestros docentes para cuidar el futuro de Chile

Nadie puede dar lo que no tiene. Si un docente no experimenta bienestar, no puede verlo ni mucho menos nutrirlo en sus estudiantes. Entonces, ¿por qué es tan importante priorizar el bienestar docente? Porque es el primer factor que mejor predice el aprendizaje de sus estudiantes y su influencia se extiende más allá del aula: "Un sistema educativo es tan fuerte como el conjunto de sus docentes" (McKinsey, 2007). Sin embargo, hoy vivimos tiempos en los que ni estudiantes ni docentes quieren ir al colegio. Es imperativo entonces centrarnos en el rol del director, fomentando un liderazgo positivo con autonomía, competencias y recursos suficientes para generar bienestar.

Vale la pena detenerse a entender y acordar qué es exactamente el bienestar docente y cómo potenciarlo. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el bienestar docente abarca aspectos emocionales, físicos, sociales y profesionales, incluyendo la satisfacción laboral, el equilibrio entre trabajo y vida personal, el reconocimiento y el apoyo institucional.

Potenciar el bienestar docente implica proporcionar condiciones de trabajo adecuadas, oportunidades de desarrollo profesional continuo, apoyo emocional y un ambiente escolar positivo y colaborativo. El bienestar docente es como el director de una orquesta que necesita apoyo para afinar cada instrumento. Un director bien respaldado puede asegurarse de que cada músico esté en sintonía y desempeñe su papel a la perfección. Los docentes, con el apoyo adecuado, pueden armonizar sus habilidades y conocimientos para crear una sinfonía educativa, donde cada estudiante encuentre su ritmo y melodía.

Aunque muchos directores comprenden lo crítico que es liderar para fomentar el bienestar docente, esta es una tarea compleja y titánica. La falta de autonomía, la carga administrativa diaria y la burocracia del sistema educativo dificultan mantener el enfoque en esta prioridad. Sin embargo, si queremos disminuir el ausentismo y la exclusión escolar, con los graves efectos que esto conlleva para la sociedad, debemos priorizar el apoyo a quienes lideran hoy las salas cunas, jardines infantiles y escuelas. Por el impacto que tienen en la comunidad completa, esto no solo es prioritario sino estratégico. Recordemos que el primer y segundo factor que mejor predice el desempeño de los estudiantes son los docentes y directores (Unesco, 2018).

Aunque la responsabilidad recae en gran medida en la dirección del colegio, es también tarea de otros actores igualmente importantes como los sostenedores, las familias y los empresarios de nuestro país. La educación es una responsabilidad compartida por toda la sociedad y cada quien desde su sector tiene un papel importante que desempeñar. En un mundo en constante transformación, donde el futuro de nuestro país está en juego, nuestro llamado es a priorizar el bienestar docente. Esta es una tarea de largo aliento que necesita la atención y dedicación de todos.

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