El nuevo desastre de Rancagua

Claudia Vargas

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Después de 33 horas de resistencia, O’Higgins decidió salir con sus tropas y atravesar, a sangre y fuego, la línea enemiga. Sólo un tercio de los soldados chilenos sobrevivieron. (El Desastre de Rancagua). 

El año pasado se inició una nueva era universitaria para la región del Libertador General. La Universidad de O’Higgins, comenzó a funcionar en marzo de 2017, inaugurada por la única mujer Presidenta que el país ha tenido. Pero ya en 2018 un acontecimiento que desvincula a dos académicas remece el país y la opinión pública. 

Años de estudio y esfuerzo se ven hoy desvinculados de un templo del saber. El mismo esfuerzo que puede poner un hombre cuando estudia un doctorado.

Karina y Vania intentaron abrirse paso atravesando esta especie de línea enemiga que separa a las mujeres del territorio de hombres. A Karina y Vania las eliminaron metafóricamente en esta travesía. Un verdadero desastre para este 2018. Mujeres en ciencias en una universidad nueva pero con los mismos prejuicios y malas prácticas que las universidades viejas.  

¿Cuántas académicas sobreviven al acoso laboral del que somos víctimas día a día? Karina y Vania no son las únicas. Por ello, no están solas. 

Academia es un sustantivo femenino, pero está controlada totalmente por hombres. Por ello, hoy en día las académicas somos desvalorizadas frente a nuestros pares varones.

Cada esfuerzo que pongamos a diario en nuestra labor como docentes, investigadoras o divulgadoras, no es importante para una buena parte de hombres académicos. Porque lo importante y necesario lo determinan ellos y por supuesto lo hacen ellos. Es lo que ellos publican y lo que controlan ellos. 

Mujeres conquistando un espacio que antiguamente  solo era de hombres amedrenta. El miedo a perder lo que antes les perteneció moviliza despidos, ridiculizaciones, malos tratos, vejaciones. 

Con el desastre que se vive en Rancagua en diciembre 2018, cabe preguntarse, ¿tan frágiles son los proyectos de inserción a la Academia? 

Se espera una respuesta legal desde la nueva universidad. Es lo menos que se puede esperar ante este sismo con características de terremoto, que afecta, no sólo,  a científicas de prestigio, sino a todas.