Hace algunas semanas se dieron a conocer los resultados de la prueba Pisa de Educación Financiera (2015), la cual reveló que el 38% de los jóvenes chilenos son analfabetos en temas económicos, realidad que nos ubica 54 puntos bajo el promedio de la OCDE y que instala la discusión sobre las implicancias futuras de tomar una mala decisión financiera.
Sin ir más lejos, datos de la 8va Encuesta Nacional de la Juventud muestran que el 33% de los jóvenes dice estar endeudado, cifra que aumenta significativamente conforme avanza la edad, llegando al 55% en el rango de 25 a 29 años.
Claramente las cifras son preocupantes y, sin lugar a dudas, si no hacemos nada al respecto seguirán incrementándose. Pero, ¿por qué los jóvenes se están endeudando a tan temprana edad?
Hoy los bancos y casas comerciales reúnen una amplia oferta de productos para el público joven. Es usual ver cómo algunas de estas empresas establecen convenios con instituciones de educación superior para crear o estrechar el vínculo con el alumnado.
Un ejemplo claro de esto, es que en Chile el 28% de la población joven declara tener una tarjeta de crédito, lo cual puede significar para muchos el comienzo de la precariedad económica.
Si consideramos que el principal ingreso que reciben las personas jóvenes proviene de sus padres (49%), y que 7 de cada 10 vive con ellos, la ecuación es sencilla: a mayor endeudamiento de los hijos, mayor endeudamiento de los padres, y es que son ellos quienes muchas veces deben hacer frente a compromisos financieros heredados.
Ante esto, ¿qué estamos haciendo como Gobierno para mejorar esta situación? El Instituto Nacional de la Juventud, en conjunto con la Superintendencia de Insolvencia y Reemprendimiento, firmaron un convenio de cooperación con el objetivo de ayudar a todos los jóvenes del país con sus deudas.
Cómo renegociar si estás sobre endeudado y cómo acceder a nuevas condiciones de pagos, son parte de las enseñanzas que entrega la campaña #PonteAlDía de ambas entidades de Gobierno.
Este es el primero de varios pasos que realizaremos en el trabajo en conjunto, entendiendo que la educación financiera es fundamental y primordial para bajar los índices de endeudamiento juvenil.
Así también lo ha comprendido el ministerio de Educación que ya comenzó a actualizar la malla curricular para finalizar, de una vez por todas, con el analfabetismo financiero.
Hoy la estrategia para poner fin al endeudamiento juvenil ya está en marcha y depende de nosotros (Gobierno, profesores y apoderados) que logre su objetivo.
Hacemos un llamado directo a los bancos y casas comerciales a evaluar su oferta crediticia para jóvenes que no cuentan con respaldo económico; es una irresponsabilidad, no menor, pasar por alto tal condición.
El desafío es grande, pero no imposible y, de la mano de las nuevas políticas públicas, será más fácil su eficacia.
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