Es indispensable que observemos los resultados Simce 2022 con perspectiva. En primer lugar, quitemos los calificativos alarmantes que en nada ayudan a mirar lo realmente importante.
El primer elemento relevante es que el último Simce se orientó a los objetivos de aprendizaje priorizados, por lo tanto, no es totalmente comparable con las versiones anteriores de esta evaluación. Con esta evidencia, cobra relevancia que observemos la fotografía del período 2020-2022, en donde la educación se instaló en la contingencia. Los comentarios categóricos del tipo "bajos resultados", "resultados preocupantes", "resultados alarmantes" han llenado los diferentes medios, entonces ¿Por qué no recordar lo que no vemos en los resultados Simce?
El año 2020 nuestros profesores y profesoras tuvieron que adherir a la educación en línea, sin embargo, en la formación inicial docente el abordaje de las competencias digitales había sido escaso o incluso nulo. Aún así, gracias a la colaboración de diversos organismos fue posible dar continuidad a los aprendizajes, a través de la inversión en herramientas, capacitaciones y la colaboración entre equipos e instituciones. Este contexto, desafió que la escuela y sus actores renovaran prácticas y creencias,
Sumado a lo anterior, de acuerdo a datos de la Unicef (2020), el 90% de los países de América Latina y el Caribe ofrecieron como solución plataformas en línea para dar continuidad a la educación durante el confinamiento. Esta decisión se tomó a pesar que menos de la mitad de la población mundial tenía acceso a internet en ese momento.
En Chile el panorama era similar, solo 24% de la población que pertenece a los grupos socioeconómicos bajos tenía acceso a internet. A la luz de estos datos, se puede observar que los resultados del Simce 2022 muestran una brecha de 55 puntos entre los grupos socioeconómicos bajos y altos, en donde queda en evidencia el desigual acceso que históricamente han tenido las y los estudiantes a la educación, ya que este es un resultado que se repite desde hace décadas.
Frente a lo anterior, nuestro foco debería estar en las salas de clases. La evidencia indica que la gestión docente es determinante para el logro y mejora de los aprendizajes, por lo tanto, se torna necesario que observemos qué pasa en nuestras aulas, cómo compartir prácticas entre docentes de diferentes dependencias que trabajan para un propósito común. En definitiva, lo que no vemos en los resultados Simce 2022.
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