Preparándonos para emergencias

Alberto Valdivieso Vaillant

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El año pasado fuimos testigos de los incendios que afectaron a regiones de la zona centro-sur del país y que, incluso, arrasaron con el pueblo Santa Olga en Constitución, región del Maule. Las imágenes de este desastre, dejaron en evidencia lo complejo del control de Bomberos y las instituciones correspondientes. 

Este gran incendio arrasó con cerca de 600 mil hectáreas, una cifra que marcó un antes y después en la historia forestal, activando las alertas respecto a este tipo de emergencias. Los denominados “teraincendios”, una tendencia mundial vinculada al cambio climático y que pueden llegar a ser más destructivos que los incendios y mega incendios. 

Catástrofes que hoy en día cobran más relevancia tanto para autoridades como para la sociedad civil, quienes han fijado su atención en lo importante que es el control preventivo de estos fenómenos naturales, además de la trascendencia de contar con elementos para afrontarlos de mejor manera. 

En este último aspecto, nuestro país tiene mucho por avanzar, por ejemplo, propiciando la creación de un sistema unificado de contacto y no como lo es hoy, en donde cada institución tiene su propio número teléfono de atención de emergencias, lo que dificulta la reacción de los entes involucrados, perdiéndose en ocasiones, datos y tiempo valioso frente a la atención de incidentes. 

Un tema que está en boga y que debería materializar mejoras en los acuerdos que saldrán de la Mesa de Seguridad Pública impulsada por el Presidente Sebastián Piñera, de la que se tiene la esperanza en que proponga la creación de un sistema único de atención de emergencias y seguridad pública, herramienta que permita el monitoreo frente a incidentes y que permita conectar con comunicación y datos a Carabineros, PDI, el Sistema de Atención Médica Móvil de Urgencia (Samu), Bomberos, ONEMI, dependiendo del requerimiento. 

Hay que tener en cuenta que el próximo verano podría ser complejo en cuanto a incendios, ya que el primer semestre hubo déficit de precipitaciones y lo que llevamos de invierno no ha sido particularmente lluvioso, por lo tanto, se prevé que los suelos van a estar más secos de lo habitual, sobre todo en la zona central, augurando un 2019 complicado en materia de incendios. 

Cabe señalar que en Chile los servicios de emergencia, no están interconectados ni integrados a una misma plataforma, lo que significa en términos simples que ante un acontecimiento catastrófico o de seguridad pública, las instituciones que tienen afrontar estas responsabilidades, no pueden comunicarse de forma óptima y eficiente entre sí.

Por ejemplo, Bomberos no se puede comunicar de manera inmediata con las ambulancias dispuestas a lo largo del territorio nacional, con la finalidad que aquellas más cercanas a donde se presenta la urgencia atiendan el problema. 

Frente a la interrogante si nuestro país estará preparado para implementar un sistema como el 911, la respuesta es positiva. La tecnología está y esto significaría una mejora sustantiva en temas de seguridad interior. 

Los incendios representan un tema preocupante en Chile y la actual condición de Corporación Nacional Forestal (CONAF), como entidad híbrida entre pública y privada, ha hecho las cosas un poco más complejas, porque es más difícil que puedan obtener fondos del Estado, para cubrir alguna necesidad.

Por suerte, este panorama cambiará, ya que actualmente se encuentra en trámite parlamentario la ley que transformará la institución en Servicio Forestal, permitiendo destinar recursos públicos al combate de incendios, solicitar ayuda internacional y conseguir el aumento de penas para quienes los provocan intencionalmente. 

Si bien tras la trágica experiencia del 2017, la CONAF comenzó a utilizar nuevas tecnologías, drones y un sistema de alerta temprana de ataque de incendios, un sistema de seguridad unificado para emergencias y seguridad pública es una opción totalmente viable y necesaria.