En una fecha donde se discuten las diferentes formas sobre cómo generar menos desperdicios, surgen diversas propuestas de hábitos capaces de ajustarse a las necesidades que actualmente se requieren.
Nos planteamos de qué manera podemos incorporar conductas que nos ayuden a ser más eficientes en este sentido. El generar menor cantidad de basura, reciclar, utilizar transporte no contaminante y el ahorro de energía, son algunas de las recomendaciones más recurrentes, sobre todo en días como el del Medio Ambiente.
Sin embargo, hay una alternativa no tan comentada, que abarca el consumo de los bienes que adquirimos y no del desperdicio que genera usarlos.
La Economía Circular habla de reutilizar los componentes que forman parte de un proceso productivo, incluso aquellos materiales que conforman producto final. ¿Qué pasaría si utilizamos el mismo concepto para los bienes o productos que adquirimos para nosotros o nuestro hogar?
Durante el 2018, el informe de Naciones Unidas, “Perspectiva de la Gestión de Residuos en América Latina y el Caribe”, destacó que Chile es el país que más basura electrónica genera en la región. La fuerte demanda por televisores, computadores y smartphones, nos ha llevado a generar cerca 11 kilos de basura electrónica per cápita.
Un claro ejemplo de que los tiempos de renovación en los hogares son menores, y que frecuentemente ocurre cuando están operativos y funcionales.
El hacerse cargo de este tipo de bienes y ponerlos a disposición para que otros puedan reutilizarlos, también es propio de la Economía Circular, alargando así su vida útil.
El mercado de segunda mano no solo reduce la cantidad de desperdicios, también genera beneficios económicos, trae un ingreso al que vende y abarata el costo a quien necesita.
Su impacto puede ser notorio, considerando la importante cantidad de artículos en desuso y que pueden utilizarse nuevamente (ropa, muebles, electrónica, automóviles, materiales de construcción, etc.).
Pensemos también en los efectos nocivos que conlleva su producción, el darle un mayor uso a nuestras cosas también puede hacer más eficientes a las compañías fabricantes.
La Economía Circular no solo involucra la utilización de recursos ya procesados, implica también un nuevo hábito que debemos adquirir si queremos ser coherentes con el respeto al medio ambiente. Ya no solo basta con generar menos desperdicios, es momento de ser responsables con nuestro consumo.
No se trata de dejar de adquirir o renovar las cosas que tenemos o necesitamos, consiste en tomar conciencia que nuestras posesiones también forman parte de este ecosistema, y es nuestro deber hacerlas más eficientes y duraderas.van desde moda a tecnología, por nombrar algunos. Sólo durante 2017, Yapo.cl transó más de USD $5.1 billones y ya supera los 8 millones de usuarios únicos al mes.
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