En las próximas semanas y meses nuestro país vivirá procesos históricos de definición en materia constitucional. El 25 de Octubre de este año, por primera vez en nuestra historia, gracias a las movilizaciones masivas del pueblo chileno, podremos decidir si queremos una nueva constitución y en Abril del próximo año elegiremos a quienes nos representarán para definir las nuevas normas fundamentales para sentar las bases del Acuerdo Social, Político y Cultural para construir un proyecto de futuro para Chile.
Más allá de la relevancia actual de diversas formas alternativas de comunicación e información que permiten las actuales tecnologías, siguen siendo centrales los medios de comunicación tradicionales, en especial la televisión.
Sabemos que existen diversos medios televisivos privados, que, obviamente responden a las definiciones editoriales de sus dueños. Por cierto, valoro altamente el nuevo programa de debate político de la Red Televisión (Pauta Libre), que percibo profundamente conectado con el Chile de hoy.
La pregunta es ¿cuál es la misión y deber de la televisión pública?
¿Es democrático que la televisión pública, aquella establecida por ley como empresa pública al servicio del país y obligada a respetar y promover la democracia, el respeto a los derechos humanos y la dignidad de las personas, y obligada legalmente a respetar el pluralismo social, cultural, territorial, de género, étnico y político, pretenda o tome la decisión, consciente o no, de reproducir o dar espacio a un debate de ideas en la lógica del binominal?
¿Es ético y democrático que la televisión pública pretenda negar la profunda crisis que expresó el estallido social?
¿Es aceptable que la televisión pública decida “moderar el debate” visibilizando en sus programas de discusión política sólo la voz de quienes persisten en la lógica de la Concertación y la Derecha?
¿Es ético y democrático que entre los 20 personeros más entrevistados(as) en cada mes en sus noticiarios centrales haya sólo una o dos personas de Oposición?
Pienso que no es democrático, ni es ético y además es un grave error.
TVN debe representar a Chile en toda su diversidad, pluralidad y riqueza cultural, social, territorial y generacional.
TVN debe crear programas e iniciativas para contribuir al proceso democrático e histórico que tendrá nuestro país en estos próximos meses.
Las y los ciudadanos deben percibir a TVN como un espacio que aporta a una reflexión fundada, respetuosa y plural. Pienso que lamentablemente ello aún no es así.
Además, es indispensable que efectivamente TVN respete la pluralidad política en todos sus noticiarios y programas de Prensa, asumiendo que el Sistema Binominal fue reemplazado por un Sistema de Representación Proporcional.
También, es indispensable que TVN recuerde que Santiago no es Chile.
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