Hace unos meses, junto al colega y amigo Marcelo Chávez, propusimos un proyecto de resolución que la sala de la cámara de diputados lamentablemente rechazó y cuyo objetivo era que los verdaderos dueños de las platas de los fondos de pensiones, los trabajadores y cotizantes, pudieran retirar en cualquier tiempo, hasta el 20 % de sus ahorros, pero sólo con fines habitacionales.
Hoy, y más transversalmente, estamos desarrollando una propuesta más ambiciosa aún, que permitiría el retiro de hasta el 25% de dichos ahorros previsionales, en cualquier tiempo y para cualquier tipo de inversión inmobiliaria: casa, departamento, local comercial, estacionamiento, oficina o terreno urbano o rural y siempre con finalidad esencialmente previsional.
En efecto, tenemos la firme convicción que tras aprobarse por ley , en la agenda de productividad, la posibilidad para las AFP's de invertir la plata de los cotizantes en infraestructura y fondos inmobiliarios, manteniendo sólo en las personas los riesgos de esas inversiones, no obstante no requerir su anuencia (causa de nuestro rechazo en sala), se agudiza la injusticia del sistema previsional vigente, al profundizar su carácter expropiatorio y el riesgo inversional asociado.
En cambio, permitir a los verdaderos dueños de los fondos decidir inversión inmobiliaria directa evita, o al menos mitiga, lo anterior al transferir no sólo poder de decisión, sino que el 100% de las utilidades asociadas y que van de la mano de la rentabilidad propia de dichas inversiones como del beneficio económico directo al patrimonio familiar. Ello, al cambiar en la mayoría de los casos arriendo (gasto) por dividendo (inversión), amén de la plusvalía asociada a las inversiones de este tipo.
Una alternativa de esta naturaleza permitiría incluso estimular un aumento del ahorro previsional con cargo a dichas economías familiares, pues mientras los arriendos son de por vida si no se es propietario, los dividendos de reemplazo, propios de los créditos hipotecarios, son a plazo acotados y definidos. Y en el caso de un segundo inmueble, puro ahorro previsional garantizado desde un comienzo.
Demás está decir el benéfico impacto en las áreas inmobiliaria y de la construcción, sectores que verían incentivados sus proyectos al aumentar diversificadamente los capitales disponibles y la fuente y variedad de los mismos.
En efecto, si consideramos que hoy los fondos previsionales acumulan en Chile más de 170 mil millones de dólares, permitir a sus legítimos propietarios (los ahorrantes) invertir en el sector inmobiliario en un rango de hasta el 25% de sus propios ahorros previsionales, permitiría levantar un potencial de más de US 40 mil millones, recursos que dinamizarían sobre manera el mercado inmobiliario local, con la consiguiente generación de empleo y presión dinámica y virtuosa sobre muchos sectores y agentes económicos locales. Obviamente, además, la banca y todo el sistema financiero potenciarían, también, sus colaciones crediticias hipotecarias, pues las actuales exigencias del 20% del precio de venta, como pie de dichas operaciones, han restringido fuertemente las mismas.
Se trata de un círculo virtuoso que en nuestra propuesta va acompañado, también, de una finalidad eminentemente previsional, consistente en que las compras sólo pueden ser de inmuebles para ese fin y, por tanto, en caso de venta posterior, el producto de las mismas pasarían a engrosar los ahorros previsionales, fuente de tales inversiones. Nada impide, por cierto, que el ahorrante previsional pueda volver a invertir sobre la base de los mismos porcentajes ya dichos más el capital ganado y menos un pequeño impuesto a la ganancia de capital del 5%, ello para el desarrollo de un fondo previsional solidario para las rentas y ahorros más bajos.
Como incentivo fiscal concreto a este tributo previsional solidario, nuestra propuesta considera la posibilidad de rebajar hasta el 100% del impuesto al mutuo en estas operaciones crediticias hipotecarias necesarias para la concreción de las inversiones inmobiliarias previsionales, como también considera la posibilidad de rebaja de hasta el 100 % del gasto anual en intereses de dichos créditos hipotecarios de la base imponible del impuesto a la renta respectivo.
La falta de capitales es siempre obstáculo para muchos avances en un país, cuestión que aquí se encuentra resuelta y que nuestra propuesta permite salvar y materializar en sentido positivo, de manera responsable, potente, con mirada de futuro y ganancias país que saltan a la vista.
Negarse a ello es simplemente validar el egoísmo inhumano de una sociedad enferma por el poder del dinero y donde el carácter eminentemente expropiatorio del sistema previsional chileno es su expresión esencial, visión que condenamos categóricamente y que con convicción y buenas propuestas estamos empeñados en modificar.
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