Agenda de género, un análisis crítico

El pasado miércoles, y en doce puntos, el presidente Piñera recogió, parcialmente, las demandas del movimiento feminista. Una señal de apertura frente a estos temas, impensado hasta hace un par de meses para la derecha. 

En primer lugar, la reforma constitucional al artículo 1° parece ser innecesaria, pretende considerar la plena igualdad entre hombre y mujer, algo que ya está establecido cuando se reconoce que en nuestro país “las personas nacen libres e iguales en derechos”.

Creemos que agregar una distinción entre hombre y mujer es peligroso, porque pareciera entenderse que el concepto de “persona” que hoy contempla la Carta Fundamental, no englobaría ambos géneros. 

Lo que planteamos es llevar dentro de la categoría de derechos fundamentales - artículo 19 - la igualdad plena de derechos entre hombre y mujer para evitar toda discriminación, lo cual serviría para que esta garantía pueda ser objeto de un recurso de protección ante los tribunales. Junto a esto, deberían consagrarse los derechos a la autonomía en relación a los derechos sexuales y reproductivos. 

En cuanto a la reforma al “sistema de salud privada, para terminar con las diferencias injustificadas de precios de planes de salud”, si bien su anuncio fue una gran esperanza, fue decepcionante ya que el avance en igualdad, será a costo de un aumento en los planes de los hombres y las mujeres en edad “no fértil”. Es decir, para las Isapres esta modificación será a costo cero, siendo carga de los trabajadores cotizantes. 

En este punto nos opondremos, considerando las abultadas utilidades que han tenido las Isapres en los últimos años, y que en el 2017 alcanzaron un monto de $ 70.577 millones, lo cual significa un aumento de un 40% respecto al año anterior. Pese a estas abultadas sumas, el gobierno persiste en cuidar el bolsillo de estas lucrativas instituciones privadas. 

En la Agenda Legislativa Anti Discriminación, saludamos la urgencia que se le dará al Proyecto de Ley presentado por la Presidenta Bachelet, por el “Derecho de las mujeres a vivir en un ambiente libre de violencia”, la que regula diversas temáticas. Este proyecto ya recogía la figura de violencia en el pololeo, por lo cual no es necesario darle urgencia a esta última iniciativa, como postuló el gobierno. 

En cuanto a la Reforma de la Administración de la Sociedad Conyugal, valoramos dicha iniciativa, pero ésta debe corregirse para avanzar en forma de administración conjunta, más que la decisión esté a cargo de la definición de los cónyuges, ya que debido al machismo actual, terminaría siendo, la mayoría de las veces, el hombre. 

Respecto a la pronta dictación de la Ley de Universidades Estatales, la norma en su artículo 49 extendería la prevención y prohibición del acoso sexual, pero esto no es suficiente para solucionar los problemas que vienen detrás. Las estudiantes han criticado que los sumarios a cargo de estos procesos son extensos, no tienen un abogado que las defienda, lo cual es un piso mínimo para equiparar las grandes asimetrías existentes entre un profesor y una estudiante. Asimismo, esta ley no abarca a las universidades privadas, las cuales quedarían sin regulación.  

El MINEDUC estará a cargo de elaborar la asistencia técnica y el acompañamiento para la redacción de dichos protocolos, y debemos avanzar en que sea obligatorios a través de la ley - como fue la moción que presentamos hace una semana - para que así puedan ser fiscalizadas y multadas las instituciones que no cuenten con un procedimiento eficaz de denuncia. 

Acerca de la promoción de mayor participación de la mujer en cargos de alta responsabilidad, esperamos que se pueda tener en cuenta una moción que presentamos el 2015, donde establecemos un piso mínimo de un 40% de mujeres para los directorios de las empresas estatales más importantes el país, como son ENAP, Correos de Chile, ENAMI, CODELCO, entre otros, y avanzar en los directorios del mundo privado. 

Respecto al fortalecimiento de las terapias de reproducción asistida y los tratamientos contra la infertilidad, creemos que este debe ser un plan integral que abarque a todos los tipos de familias, hetero, homo y uniparentales, siguiendo los estándares de igualdad y no discriminación ya observados por organismos internacionales al Estado de Chile. 

Creemos que el Gobierno tiene pendiente avanzar en una “educación no sexista”, que no es sólo un “título de la canción que puso la izquierda”, como lo señalan sectores conservadores, sino que es la base de la creación de un aprendizaje en torno a los roles paritarios que debe tener el hombre y la mujer.

Hoy los contenidos impartidos por las mallas curriculares invisibiliza a la mujer en su protagonismo histórico, se potencia su desarrollo en ciertas materias, como lenguaje frente a las matemáticas; se les imparte deportes segregados entre hombre y mujer, aparte de la mantención de colegios sólo para hombres. Esta educación sexista se refleja en las diferencias posteriores en los puntajes de la PSU o en que ciertas carreras son copadas por hombres. 

Quiero destacar que desde el Partido Socialista hemos postulado diversas iniciativas, como las que buscan aumentar la participación laboral de las mujeres y reconocer el trabajo no remunerado; terminar con las brechas salariales y en pensiones; desarrollar la corresponsabilidad social; el pleno ejercicio de derechos reproductivos y concretar una educación no sexista, entre otras. 

Por esto es que solicitamos al gobierno atender las demandas de las diversas organizaciones, y no sólo las que se concilien con su ideario valórico, ya que el feminismo debe ser un pilar fundamental donde se sustente el Estado de derechos sociales, y dar cuenta de este importante cambio cultural que releva definitivamente el rol de la mujer dentro de la sociedad.

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