Bachelet recupera el control de la agenda

A pesar de lo complejo que fue el primer año político del gobierno podemos destacar que al finalizar dicho período –a fines de enero-  el gobierno podía mostrar no sólo buenos resultados legislativos, sino también señales de que la economía se revitalizaba –con la tesis de los “brotes verdes”- y las encuestas mostraban un leve repunte coyuntural. En función de tales resultados la evaluación del primer año era positiva.

Sin embargo, todo viene a cambiar de manera radical cuando irrumpe el caso CAVAL a principios de febrero y las platas SQM contaminan al oficialismo. Desde ese momento el ADN del gobierno queda irremediablemente dañado y el cambio político se hace urgente.Resultado, pérdida de la agenda.

Entre principios de febrero y el anuncio de que se le habían pedido la renuncia a todo el gabinete transcurren tres meses. Un largo período en que no sólo se ve un gobierno herido que muestra problemas para “recuperar la agenda”, sino también un gobierno que aumenta sus malos resultados en las encuestas y que se muestra incapaz de recuperar el dinamismo de la economía.

No obstante, desde las profundidades del bacheletismo y en medio de una profunda crisis de confianza, la Presidenta inicia el camino de la recuperación política y emocional. Lentamente, comienza a mover las piezas del tablero y a instalar acciones políticas en la coyuntura que conducen inevitablemente a recuperar el control de la agenda.

Podríamos decir que la recuperación comenzó el 23 de febrero cuando vuelve de sus vacaciones y hace breves declaraciones. Frente a PENTA, SQM y CAVAL afirma que estos hechos hay que enfrentarlos “con claridad y decisión… es mi deber enfrentar cualquier hecho que pudiera obstaculizar o comprometer los objetivos de igualdad y justicia… y continuaremos avanzando en crear un marco institucional que sea capaz de regular de manera eficaz las relaciones…entre política y negocios”. El 25, instruye al equipo político para que elaboren un marco institucional que regula la relación entre “lo público y lo privado”.

En marzo sigue la lenta recuperación de la agenda. El mes comienza con el anuncio de que se creará una comisión presidencial para elaborar un marco regulatorio e institucional “que promueva la transparencia en el ámbito de lo público y privado.” El 07, al terminar la jornada de trabajo en Cerro Castillo, afirma al ser consultada por CAVAL que “me voy hacer cargo… vamos a tomar todas las medidas para que… nuestro país pueda tener la confianza de que se van a respetar las prácticas éticas, legales y administrativas, para el que el país pueda confiar en sus instituciones”.

El 10, nombra al Consejo Asesor contra la corrupción. En la ocasión, Bachelet afirmó que lo que estaba en juego era la salud de la democracia y “que había llegado la hora de actuar”; y que, por tanto, iba a impulsar reformas constitucionales e instructivos administrativos para avanzar en una democracia más transparente.Luego, el 19 firma el instructivo de buenas prácticas en Declaración de Intereses y Patrimonio que se hace extensiva a funcionarios del Estado y  a los ex presidentes de por vida.

Y se instala abril. Entre los hechos más relevantes se encuentra la entrevista en TVN, la firma de algunos proyectos e instructivos, la presentación del Informe Engel y la cadena nacional. Todos ellos van configurando las condiciones que harán posible que Bachelet recupere el control de la agenda.

El 12 en entrevista en TVN se refiere al caso CAVAL y se muestra más cercana y emotiva. En esa ocasión, afirmo que se enteró por la prensa del negocio CAVAL y que a propósito de la crisis de credibilidad no está “por un arreglín y eso es definitivo”.El 17, firma un proyecto de Reforma Constitucionalque define la “pérdida de cargos públicos” por no respetar la normativa de gasto y transparencia electoral. Declara, en la ocasión que se está dando otro paso en el “fortalecimiento de la democracia y su legitimidad”. Del mismo modo, informa que ha enviado diversos instructivos para la austeridad fiscal: gastos en publicidad, uso autos fiscales, difusión y gastos de representación.

El 24 la Comisión Engel entrega informe. “Estamos en deuda” afirma de modo recurrente en su intervención destacando que “hemos carecido de firmeza y rapidez para evitar que las malas prácticas corrompan nuestras prácticas políticas y económicas… dejamos que se debilite la fe pública”. Por ello, dejar “una democracia más transparente, ética y legítima será el sello de su gobierno”.

El 28, en cadena nacional destaca que “ahora, lo que tenemos que hacer es actuar y cambiar las cosas de raíz”. Basándose en las propuestas del informe Engel y “en las medidas que he venido implementando, en leyes actualmente en trámite… he definido un conjunto de medidas administrativas y proyectos de ley que impulsaran una reforma amplia e integral, para erradicar las malas prácticas en la política, en los negocios y en la relación entre ambos”. Y agrega, “son medidas severas… Esta será una de las reformas que marcará el legado de mi gobierno y la voy a conducir personalmente”.

Finalmente, pasó a describir las medidas que se van a impulsar. En esa dirección, afirma que para llevar adelante estas medidas “hemos propuesto un calendario exigente. Para las medidas administrativas nos hemos propuesto un plazo de quince días para dictarlas y para los proyectos de ley, un plazo máximo de 45 días para su ingreso al parlamento”.

Así, llega a su fin abril y se abre el decisivo mes de mayo. Dos son los hechos relevantes que marcan las dos primeras semanas: el anuncio en un programa de televisión de que le ha pedido a su gabinete la renuncia y la instalación de un gabinete con un nuevo equipo político que marca una nueva fase en el gobierno de Bachelet.

Este último hecho, finalmente, marca el control definitivo de la coyuntura política por parte de Bachelet. Aún más, hay que agregar que estamos a una semana del discurso del 21 de mayo que debería marcar el inicio político y legislativo de la nueva fase.

Entre el 23 de febrero –cuando vuelve de sus vacaciones- y el 21 de mayo hay tres meses. En este lapso, de manera lenta y no exenta de turbulencias, Bachelet no sólo asume el liderazgo de la agenda de Probidad, sino también legitima la “agenda de la igualdad” que fue la que la puso nuevamente al mando del gobierno.

Con una derecha en la UTI y con una Nueva Mayoría ignorada, Bachelet ha recuperado la agenda que controla desde la campaña presidencial. Su discurso del 21 de mayo, debería convertirse en la guinda de la torta.Veremos, no obstante, si será suficiente para el repunte en la encuestas.

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