Hace 43 años falleció el expresidente Eduardo Frei Montalva, el de la Revolución en Libertad (1964-1970). Un demócrata cristiano que durante su mandato transformó la injusta sociedad que se vivía. Donde la mitad de la población era analfabeta, particularmente las y los explotados campesinos, y los pobladores vivían en cuevas. Su votación marcó un hecho inédito hasta entonces en el país, 56,06% del electorado le dio una mayoría contundente, que ningún otro presidente había logrado en primera vuelta. En esos años no existía la segunda vuelta y el Congreso Nacional ratificaba al ganador si no se alcanzaba el 50% más uno de los votos.
Cumplía apenas 71 años y una intervención quirúrgica a la hernia de hiato lo llevó a la Clínica Santa María, donde fue atendido por los mejores profesionales especializados en esta patología. Nunca se repuso de esta trágica intervención, es más, fue empeorando en la medida que pasaban los días. Algo muy raro se sentía en el ambiente. Olor a muerte.
Una frase pavorosa fue la que le escribió a su hija Carmen: ¡Sáquenme de aquí inmediatamente! El equipo médico fue reemplazado, los facultativos aplicaron todo tipo de intervenciones y tratamientos. El paciente no respondía, hasta que llegó el trágico desenlace del 22 de enero de 1982. Un mes después sería asesinado el entonces líder de la ANEF, Tucapel Jiménez Alfaro.
Frei Montalva jamás volvería a recuperarse. Restos del veneno gas sarín y otros fueron encontrados tras una autopsia hecha después de una denuncia pública que realizara la senadora Carmen Frei para que se investigara el magnicidio cometido en contra de su padre. El mundo social y político quedó espantado y conmocionando. Pinochet había logrado su objetivo. Qué tétrica coincidencia. ¿La misma clínica donde también asesinaran al Premio Nobel de Literatura Pablo Neruda el 23 de septiembre de 1973, según la denuncia hecha por su leal chofer?
En agosto de 2017 la justicia civil acusó a seis personas: Patricio Silva Garín (médico), Luis Becerra Arancibia (chofer de confianza de Frei, pero informante de la CNI), Raúl Lillo Gutiérrez (agente de la CNI), Pedro Valdivia Soto (médico) y Sergio González B. (tanatólogo); todos fueron condenados a distintas sentencias. La Corte de Apelaciones de Santiago, los absolvió y posteriormente la Suprema ratificó el fallo, quedando impune hasta hoy el alevoso crimen, cometido con un paciente recién operado, sin poder defenderse. La justicia permanece ciega, sorda y sino muda, hasta cómplice.
Don Eduardo Frei tenía una especial dedicación, como exministro de Obras Públicas del gobierno del radical Juan Antonio Ríos, por los puertos de Chile. San Antonio por esos años "era la caleta pobre" de Valparaíso. Subsanó ese problema con el proyecto el P300, que significaba que 300.000 toneladas de mineral de El Teniente se embarcarían por el litoral de los poetas.
Frei Montalva, en sus habituales viajes a la costa, se reunía con los dirigentes de la DC local. Las denuncias recibidas, respecto a las violaciones a los derechos humanos en Tejas Verdes, lo dejaban consternado. La persecución a los trabajadores marítimos-portuarios fue atroz. Los presentes encontrábamos en Frei una esperanza viva, una luz al final del túnel. Lamentable, su chofer personal, Luis Becerra, nos delataba a todos y todas los participantes, los que éramos perseguidos o detenidos por los agentes del régimen. Don Eduardo me llama para que participáramos de su conferencia Norte-Sur, del cual éramos invitados privilegiados. Nos dirigíamos al Sindicato Sumar en Santiago. Confiados y felices partimos de la costa 120 valientes militantes en dos buses. Todos fuimos presos.
Por el decreto exento 2.464 del 24 de noviembre de 1979 -firmado por Pinochet y su ministro del Interior Sergio Fernández-, nos confinan en la 1ª y 9ª comisarías, con un trato salvaje, inhumano, sin compasión. Frei junto a otros abogados colocan un recurso de amparo ante la corte, amenazando a los serviles magistrados con asilarse en la Nunciatura si no se acogía el sólido libelo.
Varias reuniones sostuvimos en casa del exsenador Rafael Moreno con don Eduardo, en Santo Domingo. Ahí se habló del Grupo de los 24 de Estudios Constitucionales, dado que el gobierno de facto plebiscitaría una Constitución a su total amaño. El engendro lo perpetuaba en el poder por 25 años más. Había que hacer algo, cueste lo que cueste.
El Caupolicanazo fue la epopeya más gloriosa que el pueblo oprimido, que tras siete años de dictadura se pudo manifestar. No sin miedo, algunos con pánico, pero estuvimos presentes. La juventud chilena siempre, adelante con el pecho al frente de las balas y de los palos. Teníamos que recuperar la libertad y la democracia entre todos, sin exclusión de nadie, para construir un mundo mejor.
Hay mucho más para contar sobre Frei Montalva, un verdadero servidor público. La probidad y honradez era uno de sus máximos atributos, contribuyendo con su vida a desafiar la dictadura. La chilenización del cobre, la Reforma Agraria, la reforma educacional, la sindicalización campesina son algunas de sus obras. El multitudinario acto un miércoles 27 de agosto en calle San Diego selló su suerte. La vida es una simple ilusión en la que todos soñamos.
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