El victimismo de los privilegiados

El oportuno reproche del Presidente de la República a quienes pretendieron apartar al político Sergio Micco de un debate académico por sus opiniones, no prueba otra cosa que la resiliencia de la libertad de expresión en Chile, un derecho vigente sostenido en buena parte por el aseguramiento del pluralismo en las universidades. En cambio, la amplia palestra mediática de Micco y su partido, Amarillos por Chile, para acusar el supuesto silenciamiento de su voz en la discusión pública nos advierte la paradoja del "victimismo de los privilegiados", como le llamara Iñigo Errejón al mecanismo por el cual quienes concentran el poder de la palabra acusan censura para evitar la audibilidad de sus críticos.

El mismo día del incidente en la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, el actual timonel del partido de Micco, Andrés Jouannet, acusó un ataque generalizado en contra de los suyos, señalando que "si tu no opinas como ellos te destruyen, te hacen callar, te violentan". Tres días después, Micco declaraba en la portada del mismo diario: "¿Cuánta gente ya no se atreve a dar opiniones que van en contra del pensamiento único?".

Más adelante en su entrevista, la pregunta retórica del exdirector del Instituto Nacional de Derechos Humanos se aclara como parte de una narrativa que sitúa al estallido social como el inicio de una "cultura de la cancelación" en Chile, donde las voces conservadoras estarían siendo silenciadas. Cabe señalar que "Conservative voices are being silence" es una frase popularizada el año 2021 por los republicanos estadounidenses, cuando Twitter baneó a su líder, Donald Trump, por infringir las normas de la plataforma.

¿Están las voces conservadoras siendo silenciadas en Chile? ¿Tienen las 'funas' estudiantiles el efecto práctico de morigerar la resonancia de las opiniones de "amarillos" en los medios de comunicación? A juzgar por los hechos, ocurre exactamente lo contrario.

El 22 de abril de 2023 Amarillos logró reunir las firmas necesarias para constituirse como partido, sumando a un diputado elegido en cupo radical como su único parlamentario. Un consejero regional y tres concejales completan toda la representación del partido a nivel nacional. En términos relativos, los Amarillos son el séptimo partido más pequeño de Chile, entre los 25 actualmente constituidos. Sin embargo, sus voces resuenan mucho. El pasado domingo 5 de noviembre, la portada del diario El Mercurio anunció con letras grandes y una fotografía el voto "A Favor" de Cristian Warnken. Más abajo, una escueta línea agregaba: "el exPresidente Lagos se decide por el rechazo".

La visibilidad mediática que gozan Micco, Warnken y Jouannet, en ocasiones mucho mayor que exPresidentes o políticos de amplias votaciones, no solo parece inmune a cualquier operación en su contra, sino que se alimenta directamente del papel de víctimas de una supuesta inquisición. Se trata del "victimismo de los privilegiados", gente que tiene los canales mediáticos al alcance de un llamado y que concentra el apoyo del gran capital, para salir en los diarios acusando censura de quienes los cuestionan. Lo que oculta la estrategia es la desigualdad en lo que Habermas llama el flujo comunicativo entre el sistema político y los medios de comunicación, que están siempre inclinados contra posiciones que luego en las urnas son mayoritarias.

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