Hoy, a diferencia de otros días, quería encontrar a mi abuela. Tenía un par de temas que comentarle para escuchar sus sabias opiniones.
El primero de ellos era el de la gratuidad en la Educación Superior. Si bien mi abuela ya me ha planteado su posición sobre este punto, me pareció que las últimas declaraciones de uno de los candidatos presidenciales que hacen presumir que en su gobierno está política no continuará siendo impulsada, requería de su sabia visión.
El segundo tema era el decreto de restricción vehicular para catalíticos. El ex ministro Badenier, quien renunció hace poco al cargo de Medio Ambiente, declaró en su oportunidad que dicha acción era la "medida estrella" del plan de descontaminación de Santiago.
Pues bien. La situación hoy es que la gratuidad se sostiene sobre una "Glosa Presupuestaria", ya que no ha sido posible, luego de más de tres años de nuestro gobierno, que tengamos una ley sobre Educación Superior.
Por su parte, la restricción a catalíticos, que debía empezar a regir el 1 de abril, no es viable porque el proyecto no ingresó a Contraloría a tiempo.
La necesidad de la Ley de Educación Superior la han pregonado todos los expertos, y la situación del tema de la restricción vehicular salió a la luz luego de una declaración del Contralor General de la República.
Pero, justo hoy, mi abuela demoró más de lo habitual en llegar a desayunar. Por eso, cuando apareció, me dio mucha alegría verla.
Se sentó con su taza de té y, luego de saludarme, abrió uno de los diarios que acostumbra a leer por la mañana.
Abuela. Tengo un par de temas que comentarte. Luego procedí a explicarle ambos puntos: la situación de la gratuidad y la demora en una ley que ampare esta medida, y el atraso en enviar el decreto de restricción vehicular a la Contraloría.
Luego le di a conocer mi tesis. "Abuela, mucho me parece que existe falta de rigor en el tratamiento de algunas materias, y esto trae como consecuencia que tengamos todos estos problemas".
Me prestó bastante atención a lo que estaba diciendo. Lo noté porque dejó su diario a un lado me miró fijamente.
Esperé su comentario, pero no dijo nada.
Abuela, yo creo que hay varias situaciones parecidas y esa falta de prolijidad de algunos funcionarios es muy determinante en la pérdida de popularidad del gobierno y la Presidenta.
Aquí vi que abrió más sus ojos. Pensé que estaba molesta, muy molesta. A ella no le gusta que critiquen al gobierno y, me imagino que menos aún que lo haga yo.
Respiró profundo y me dijo.
Hoy me he acordado mucho de tu abuelo. Él era carabinero y, como te he contado, murió mientras cumplía con su labor policial.
Sí abuela, lo sé. Tú me lo has contado "algunas veces".
¿Tú sabes que él siempre me decía que no se podía dormir si yo no estaba acostada a su lado?
No abuela, eso no me lo habías dicho nunca, y curiosamente a mí me pasa lo mismo con mi amada esposa.
Se sonrió... y siguió tomado su té. Esperé su comentario sobre la falta de Ley de Educación Superior y sobre el ingreso atrasado del decreto de Restricción Vehicular.
Mi abuela no dijo nada. Luego de un rato se levantó y partió. Desde la puerta me dijo: "Yo viví muy enamorada de tu abuelo ... Él hubiese sufrido mucho con lo que está pasando en Carabineros. Él también amaba a su Institución".
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