Estamos frente a la elección presidencial más importante de las últimas décadas. Tendremos que elegir entre dos propuestas diametralmente opuestas: libertad o comunismo. Y yo no me pierdo, quiero que vivamos en un país seguro, con justicia social, que respete el estado de Derecho, un país con un Estado moderno, donde el centro de las políticas sea la persona, un país donde se respeten los proyectos individuales, un país donde emprender no sea castigado, donde se respete la dignidad humana. Sin dudar trabajaré para que José Antonio Kast sea nuestro próximo Presidente de la República.
Mientras que el candidato de la izquierda presenta un programa que parece una recopilación de buenas intenciones, pero no explica cómo lo financiará e implementará, no garantiza paz ni orden público, no garantiza que se respeten las libertades de las personas por sobre el interés colectivo. Es más, nos da sólo dos certezas. La primera es que las reglas se las pondrá el Partido Comunista, y ya sabemos por experiencia propia y la que nos pueden contar nuestros hermanos latinoamericanos lo nefasto que han sido este tipo de gobiernos en sus países. La segunda certeza es que sabemos que lo que hoy dice no lo sostendrá en los hechos mañana. Se me viene a la memoria una frase célebre de un futbolista chileno: "no tengo por qué estar de acuerdo con lo que pienso".
Durante mucho tiempo, cientos han tildado a José Antonio Kast de extremista por el hecho de ser patriota, conservador y creyente en Dios, pero se dejan llevar por los prejuicios e imaginarios colectivos, y olvidan algo muy importante: Kast es un demócrata y un republicano; y eso, lo aleja de ser extremista.
Y cuando digo que JAK es republicano no hago referencia a que es presidente de su partido, sino a que es un partidario del sistema republicano, un sistema político que protege la libertad y el gobierno de la ley. Por tanto, da certezas de que respetará el ordenamiento jurídico existente y los cambios se harán respetando las reglas del juego y no saltándose la normativa a conveniencia.
Por otra parte, José Antonio ha dejado muy claro que a pesar de que él tiene objeciones en algunos temas valóricos, respetará la decisión democrática que tome el Congreso, ya que las leyes surgen desde la voluntad de la ciudadanía, que está representada en este órgano del Estado.
Pero pensando en la segunda vuelta, Kast y su equipo deben hacer modificaciones a su programa de gobierno, considero importante incorporar propuestas de Sebastián Sichel y Franco Parisi, para así lograr una coalición lo suficientemente amplia, que vaya desde el centro hacia la derecha, una coalición que verdaderamente respete la libertad y diga no al comunismo, un virus que ha destruido países y ha generado más pobreza, mayores desigualdades, ha violado sistemáticamente los derechos humanos y ha tratado de destruir la dignidad del individuo, al colocarla por debajo del Estado.
Por ello, hoy tenemos que trabajar desde los puntos que nos unen, como lo son recuperar la política y ponerla al servicio de la ciudadanía, promover el emprendimiento y la innovación como base de una economía libre, que tanto el mercado y el Estado estén al servicio de la persona, y que vivamos libres de violencia, en un entorno seguro y en paz.
Hoy está en juego el futuro de Chile y debemos saber elegir. No podemos desconocer los avances en superación de la pobreza de los últimos 30 años, pero al mismo tiempo, reconocemos que todavía queda mucho por recorrer, pero somos una inmensa mayoría de chilenos los que queremos cambios, pero los queremos en paz.
Este 19 de diciembre, yo me atrevo.
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