Por sus frutos los conoceréis

Rodrigo Figueroa
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En los últimos acontecimientos ligados a la desaparición de la DC, al menos como el partido que conocimos siempre, esta frase de Jesús se aplica con inquietante precisión.

Los fundadores y miembros de la DC original, que perduró, en mi humilde opinión, hasta el gobierno de Eduardo Frei R-T, nos mostraron siempre un actuar sólido, comprometido, abierto y por sobretodo consecuente con el ideario que dio vida a este partido tan fundamental en la historia de Chile. Me refiero a aquellos que forjaron una idea de política y de gobierno que tenía la fortaleza de estar ubicada al centro de las ideas extremas, buscando un equilibrio en las acciones (algo muy difícil de lograr y a ratos ingrato) y con el objetivo de poner siempre los intereses del país por sobre los partidarios o particulares.

Crecí con esa figura, con esos valores y con estos personajes que, a mi alrededor, mostraban una forma de actuar en la política muy potente y constructiva.

Pero hace rato ya que la Democracia Cristiana no es lo que crearon sus fundadores y continuadores hace más de 70 años.

Hoy es una majamama, una ensalada mixta de personajes en la que algunos recogen y profesan un pensamiento claramente socialista, marxista y agnóstico, y que pretenden representar los principios originales pero que por supuesto no lo hacen y por lo mismo resultan ser aún más inconsecuentes.

Estos miembros se unieron a un partido que en sus fundamentos no representa lo que ellos profesan, o al menos así se deja ver en su actuar: votan leyes que no son coherentes con los postulados más esenciales de la DC, como por ejemplo las que dicen relación con la moral cristiana y abogan por acuerdos que comulgan con líneas de extrema izquierda.

¿Por qué entonces ingresan a este partido?

¿Por qué no se unen al PS, al PPD o al PR o directamente al PC?

Acá pareciera ser que estar en la DC les daría algo de estatus, y sería mejor estar en la DC que militar en un partido que sí represente su visión de la política y la moral; pareciera ser que es mejor pertenecer a la DC que al PS, o al PPD, o al PR.

Y como están todos en la misma coalición, entonces da lo mismo. ¿Será que algunos pensaron que decir "yo soy DC" suena mejor y más alto que decirlo de otro partido, aun cuando yo sea en verdad de pensamiento socialista o radical y por supuesto ateo o agnóstico?

Compleja mi reflexión y compleja la pregunta, pero de otra forma cuesta mucho explicarse el por qué algunos de estos políticos han entrado a la DC, suscribiendo sus postulados y asistiendo a los congresos pero luego actuando como si fueran de otra línea de pensamiento.

Esto puede sonar muy duro y descalificador, pero es que resulta incomprensible que personas ateas, o de otras religiones y credos, que además no tienen mucha conexión con los ideales fundacionales de la DC, se haya inscrito y sean miembros y políticos activos que dictan leyes, representando a un partido que tiene nombre y apellido claritos, y sobretodo apellido.

Sabemos que en la historia, la DC pasó por periodos en que facciones más extremas de pensamiento de izquierda nacieron al alero de ella; pero el centro primordial del partido se mantuvo incólume, y sus bases y miembros originales perseveraron en sus creencias políticas sociales y sobretodo cristianas, y entonces esas facciones como el Mapu o la Izquierda Cristiana se fueron. Y la DC continuó su camino.

Y entonces mi reflexión me lleva a pensar en el porqué de esta situación y así llego al “por sus frutos los conoceréis”.

Y, como la DC está claramente enferma, haré mi paralelo con una enfermedad grave, como el cáncer.

Y es que un cáncer puede representar no más del 5 o 7% de las células de un cuerpo, muchas veces se instala en un solo órgano y sin embargo es capaz de afectarlo de tal forma que puede llegar incluso a matar, o a lo menos dejar al cuerpo en un estado deplorable por un largo tiempo y todo el cuerpo se resiente.

Tengo la sensación de que algo así le ha pasado a la DC. Siguiendo la analogía, un brote  se instaló tempranamente en su “cuerpo”, en los comienzos del año 2000 en que los partidos como el PS y el PPD, tomaron mayor control de las acciones políticas de la entonces Concertación.

Ellos, más amigos de los comunistas y marxistas que los DC originales, pudieron dar paso a que entrara unos años después, el “cáncer”, o sea ideas más extremas enfocadas hacia la izquierda dura (no conozco aún cuál sería la izquierda blanda).

Y los integrantes cupulares del “cuerpo” DC no pudieron (o no quisieron) ponerle atajo a este ente extraño que los invadió; quizás a más de alguno le convino que se extendiera ya que les ofrecía un camino que tenía algo parecido a lo que es la DC, pero un poco más allá (la izquierda), y luego otro poco más allá, y así hasta llegar a estar tan lejos del centro, que incluso hoy día algunos ya no hablan de la DC como partido de centro, sino de centro-izquierda.

¿Qué es eso? ¿Cuándo fue así la DC? Al menos en mi conocimiento y con los DC que he compartido durante muchos años (algunos muy cerca), nunca supe que era un partido de centro-izquierda.

Así es como vemos que han aparecido las deserciones de simpatizantes, integrantes y miembros emblemáticos del partido y son muchos más los que ya no quieren seguir diciendo que son DC, y son muchos (según la Cadem cerca de un 30%) los DC  que votaron por el ex presidente Piñera.

Y nuevamente ¿por qué? Para mí es simple, los frutos que muestran los integrantes de las dirigencias de la DC son malos, no son coherentes con lo que forjó al partido ni representan las líneas del humanismo cristiano. Es más me atrevo a componer una relación, para los nuevos demócratas cristianos, Humanismo se cambió por Progresismo y Cristiano por Agnóstico.

Ya no hay vuelta atrás y como dicen algunos, las revoluciones son duras y a ratos violentas. A la DC la atacó una enfermedad y esto le provocó una revolución, y fue interna, lo que es más duro puesto que no hay a quien echarle la culpa.

Solo habrá que buscar un nuevo rumbo, tal como lo hicieron en sus inicios los fundadores, que vieron que el entonces Partido Conservador nada con lo que ellos - jóvenes en esos tiempos - quería lograr para Chile.

Pienso humildemente que la DC como la conocimos ya no existe. Tal vez es el momento de que se forme otra figura con un nuevo nombre y con nuevos aires.

Creo que están las condiciones para un nuevo movimiento, que se aleje de la izquierda extrema, que se refunde sobre los principios cristianos y que no transe con los oportunismos del momento para lograr algunos cupos o bien para no quedar fuera de la arena política.

Yo personalmente pienso que es mejor quedar fuera de una arena izquierdista, que desaparecer dentro de ella, aunque eso signifique quedase sin pega.

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