El domingo ganó la clase media, ésa que siempre se ha visto desplazada, ésa que sabe que es el gran motor de Chile. Las personas tomaron un lápiz y rayaron en un papel "no a lo de siempre".
Si Chile Vamos se detiene tan sólo un momento a mirar y entender de manera simple el mensaje podrá ver que en el país lo que nos hace falta son liderazgos nuevos, con una clara visión de futuro y que los debates sean sobre los temas que se discuten en la mesa de esos miles de hogares, con un pedazo de pan con mantequilla, con un aroma de esperanza que aún no se pierde. Con un café cargado de orgullo por el esfuerzo realizado para poder entregar estabilidad y seguridad a sus niños y abuelos.
Es esto lo que hoy debemos entender, que son miles de chilenos los que están gritando con desesperación que los escuchen, que los protejan. Ellos no quieren que nada se les regale, ellos quieren más oportunidades para ser libres y poder ser felices.
En mi recorrido por mi distrito 8, al escuchar y compartir una taza de café caliente con los vecinos, me he dado cuenta que ellos sólo quieren equidad, que la vida sea menos dura para poder emprender, estudiar y surgir, pero por sobre todo buscan tener la tranquilidad de vivir dignamente y, lo más importante encontrar en el político un amigo cercano que escucha.
Es por esta razón y tantas más que Chile Vamos tiene hoy la gran oportunidad de sumarse de manera humilde y enérgica al proyecto que ganó el domingo, el de Sebastián Sichel y todo su equipo.
No es el momento de buscar responsables ni menos de restarse, es la oportunidad de mostrarle a todos esos chilenos que los valores de Chile Vamos son ésos que engrandecieron a Chile en los '90, que aún quedan liderazgos fuertes y jóvenes capaces de continuar la gran obra de la generación anterior, que hizo que todos los chilenos se sintieran orgullosos.
Sin embargo, hoy existen nuevos problemas que nos impulsan a entregar nuevas y más medidas que puedan engrandecer al país con una visión de futuro, con modernidad valórica, en un proyecto en el que todos son parte del Chile del futuro.
Hoy no se trata de proyectos personales, ni menos de gustitos de unos pocos. Hoy es el momento de sacar la voz de todos lo que aún creemos en la libertad.
Debemos sentarnos a tomar té con una marraqueta y escuchar a los chilenos, que con un lápiz nos dijeron que están cansados de lo mismo, que quieren ver florecer a esa derecha que aún GRITA LIBERTAD.
Chile Vamos tiene la gran posibilidad de elegir un gran Presidente con vocación de futuro, un Presidente de barrio, aunque esto no se logrará con pequeñeces como la de no sumarse. Viva Chile y vivan los chilenos.
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