Un compromiso con la seguridad y salud de trabajadores y trabajadoras

Hoy conmemoramos el Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo, establecido en 1996 por la Organización de Naciones Unidas (ONU) con el propósito de honrar la memoria de las víctimas de los accidentes de trabajo y las enfermedades profesionales, organizando campañas de sensibilización en todo el mundo.

En Chile, hemos dado grandes pasos los últimos años para instalar una cultura de la seguridad y salud en el trabajo, necesaria para que todos los actores del sistema, empleadores, trabajadores y Gobierno, internalicemos esta materia como una dimensión fundamental del trabajo.

De hecho, nuestro país suscribió el Convenio N°187 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), a propósito del cual el año 2014 el ministerio del Trabajo y Previsión Social inició y convocó un proceso de diálogo tripartito, participativo y regionalizado, producto del cual se formuló, por primera en nuestra historia, una Política Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo, la que fue aprobada por la Presidenta de la República, Michelle Bachelet, el año 2016.

Esta consiste en una declaración de principios, objetivos y compromisos que asume el Gobierno, junto a las organizaciones de trabajadores y gremios empresariales, para avanzar hacia una nueva cultura de seguridad laboral. Además, junto a esta declaración, se desarrolló un perfil diagnóstico de la realidad nacional, a cargo de expertos de la OIT. Ambos documentos se utilizarán durante este año 2017 para construir un Programa Nacional, que contendrá las metas, prioridades, recursos, plazos y responsabilidades requeridos para dar cumplimiento a la Política.

El Programa Nacional de Salud y Seguridad en el Trabajo, que también construiremos de forma tripartita, participativa y regionalizada, tendrá como uno de sus pilares fundamentales el desarrollo de un “Enfoque Preventivo”, esto es que las acciones que se consideren en el programa deberán privilegiar la prevención de los riesgos, es decir, su control o supresión en su fuente, por sobre la adopción de medidas de protección individual de los trabajadores, adoptando medidas proactivas de cuidado.

Asimismo, se requiere que esta cultura preventiva esté presente no solo en los lugares de trabajo sino que en toda la sociedad, especialmente en los estudiantes de todos los niveles, quienes serán los futuros empleadores y trabajadores de Chile.

Junto con ello, el Programa Nacional deberá considerar un sistema de “Mejora Continua”, es decir contemplará instancias de evaluación, control y medición de resultados e impactos, con el objetivo de efectuar los ajustes pertinentes y lograr los resultados esperados.

Así, esperamos contar al mediano plazo, con un completo sistema de Seguridad y Salud Laboral de carácter nacional, con respeto de las identidades regionales, moderno, construido de forma tripartita, con metas claras, responsabilidades definidas, y con un programa de evaluación y mejora continua, lo que nos debería llevar como país a que finalmente, más allá de las cifras mismas, podamos reducir considerablemente los accidentes laborales y especialmente los accidentes fatales, y las enfermedades profesionales, ya que el trabajo debe ser una actividad que permita a las personas desarrollar sus talentos y mejorar su calidad de vida.

En esto Chile tiene un gran punto de partida, y es que en la necesidad de implementar una Cultura de la Prevención en los ambientes laborales, estamos todos de acuerdo: organizaciones de trabajadores, gremios empresariales y Gobierno. Y ello se traduce en el compromiso de todos de construir juntos el Programa Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo.

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