¿Verdad en cápsulas?

Eso es lo que nos ofrecen los medios en la actualidad.Tan fragmentadas que a final de cuentas, resulta muy difícil hacerse una idea de qué está pasando en realidad. La realidad misma resulta escamoteada y esfumada. En los últimos días algunos sucesos noticiosos van en esta dirección.

Dos hechos distintos, pero ligados de algún modo entre sí, nos muestran la doblez y los engaños en el manejo publicitario de los supuestos estándares de desarrollo económico y político que tendríamos como país.

La primera situación dice relación con lo sucedido a un detenido en una cárcel a cargo de carabineros. Esta detención terminó con su muerte, producto de la golpiza que le proporcionaron cinco carabineros, gratuita por cierto.

Esta verdad habría quedado escondida para siempre si no hubiera estado allí justo una persona con tecnología suficiente como para grabar la paliza que los nobles funcionarios le dieron a ese detenido. No podemos sino preguntar ¿esto es muestra del trato dado habitualmente a los detenidos de parte de Carabineros?

¿A cierto tipo de detenidos ?

O, ¿es mera casualidad y contingencia?

¿Cómo queda la institución policial, no sólo con este suceso, sino con otros como el que terminó con la vida de M. Catrileo por ejemplo?

No basta con que las instituciones –sean policiales, económicas, políticas- funcionen, por lo visto. Si no son justas, debemos modificarlas radicalmente.¿Sabremos de esto los ciudadanos que mantenemos a esta institución con nuestro trabajo?

¿Qué pasa entonces con el cacareado respeto a los derechos humanos que viviríamos en este reino de la felicidad?

Y sin embargo, nuestros gobernantes y algunos de sus partidarios se jactan y pretenden dar clases de derechos humanos a otros países del continente, como sucedió en la reunión de la Celac realizada en Santiago.

¿No sucede acaso algo similar ,es decir, manipular las cosas, la información y la verdad, con respecto al detenido que las autoridades pretendieron implicar como único responsable de los sucesos en la Araucanía, y hacer caer sobre él todo el peso de la razón de Estado?

Resulta que el Poder Judicial no encontró motivos suficientes para encauzarlo como responsable de todos los males de los cuales se lo acusaba.Pero no únicamenteo en estos casos concernientes a derechos y libertades cívico-políticas la verdad sufre y se ve encapsulada y obviada.

El último episodio tiene que ver con el nuevo corte de agua que sufrimos millones de santiaguinos. No hay recuerdos que en otros veranos se haya cortado el suministro de agua debido a lluvias y aludes en el Cajón del Maipú ¿o será que antes nunca llovía en esta época del año allí?¿Por donde van los caminos de la verdad en esto?

Para algunos, relacionados con los privados y sus empresas, es el efecto de sucesos naturales y nada más. Para otros, sería la resultante no solo del accionar de la naturaleza, sino al mismo tiempo, de trabajos y modificaciones que realizan privados en la zona sin los resguardos necesarios y que tienen como protagonista un bien esencial, como es el agua.

No hay que olvidar que el agua, un bien fundamental y en torno al cual se darán enfrentamientos está por supuesto, ¡privatizada! El manejo privatizado de un bien común esencial como este tiene consecuencias. Pero obviamente, ese no es el punto en discusión en los medios ni en los personeros entrevistados.

En el caso del corte de agua, nuevamente recibimos una información fragmentada, reducida, parcial. Entonces, al parecer, nuestro singular modelo político binominalizado y de gran progreso económico estaría sostenido en puras verdades a medias.

A lo mejor vivimos de eso los chilenos, de puras verdades a medias y espejismos de paraísos de consumo ¿ qué le parece a usted ?

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