Tengo una relación compleja con la religión y creo que muchas personas de mi edad (y menores) tienen o han tenido una experiencia similar a la mía. Después de pasar varios años fuera de Chile, al regresar me encuentro con que siguen habiendo muchos grupos que creen que su religión es la única o la mejor y que hacen y dicen muchas cosas en el nombre de Dios, sin la certeza de que Dios esté de acuerdo con ellos.
Ser una figura o autoridad religiosa conlleva una responsabilidad y hablar en el nombre de Dios (del Dios que sea) no puede hacerse a la ligera. Quienes predican un mensaje de odio o discriminación no deberían llamarse cristianos, en mi opinión. Y menos quienes cometen abusos en el nombre de Dios.
Pensando en el daño que la religión le ha hecho a muchos grupos se hace más claro para mí el hecho de que la religión debe empezar a existir fuera de las iglesias. Y cuando digo que debe existir no me refiero a que salgamos a evangelizar a las personas. Me refiero a que el cuidado espiritual del ser humano debe estar disponible en otros lugares, no sólo en las iglesias o comunidades de fe.
Desde el 2015 al 2017 estuve capacitándome como Capellán Hospitalario o Clínico en los EEUU. Allí aprendí cómo acompañar y apoyar a pacientes y familiares, cuidando su salud emocional y espiritual.
Lo interesante de este servicio es que no se basa en mis creencias como capellán, sino en las creencias del paciente y/o su familia. Es decir, yo soy un capellán cristiano pero debo apoyar al paciente en lo que él o ella crea, esto puede ser otra religión distinta a la mía o ninguna religión.
En Chile, hasta donde sé, un servicio remunerado de este tipo no existe. Hay voluntarios que pertenecen a distintas congregaciones y visitan a pacientes y familiares en hospitales. Desconozco en profundidad el tipo de formación tienen para dar este tipo de apoyo.
Lo que sí sé es que cuando un paciente o un familiar se encuentra con un capellán que los escucha, los acompaña, no los juzga, los acerca a su Dios y religión, eso trae sanidad espiritual y emocional.
Más aún si esa persona ha experimentado traumas religiosos en el pasado. Por eso es tan importante que el cuidado espiritual exista fuera de las iglesias. Así se sanarán heridas del pasado y se restablecerá esa conexión con el lado espiritual de esa persona.
Además cuando nos encontramos con alguien que nos da permiso de enojarnos con Dios o cuestionar a Dios, nuestro paradigma mental y espiritual cambia. Si nuestras creencias nos están limitando y haciendo daño, entonces no nos son útiles. Si nuestras creencias nos llevan a hacerle daño a otros, tampoco nos sirven. Sin embargo, si nuestras creencias nos dan vida, nos ayudan a nosotros y a los demás, entonces estamos yendo por un buen camino.
Sueño con el día en que pueda ir a un hospital o clínica y exista un servicio de cuidado espiritual. Donde una persona entrenada pueda apoyar a un paciente de cualquier o ninguna religión.
Ese día estaremos más cerca de vivir en una sociedad donde la religión no es un arma que daña a otros y los juzga sino un espacio de amor y crecimiento mutuo.
Desde Facebook:
Guía de uso: Este es un espacio de libertad y por ello te pedimos aprovecharlo, para que tu opinión forme parte del debate público que día a día se da en la red. Esperamos que tus comentarios se den en un ánimo de sana convivencia y respeto, y nos reservamos el derecho de eliminar el contenido que consideremos no apropiado