Teóricamente, del punto de vista hormonal, los hombres deberían vivir más tiempo que las mujeres y resistir mejor las patologías crónicas. Los estrógenos y progesterona contribuyen a desarrollar células claves de la respuesta inmune de la mujer, como los linfocitos. Después de la menopausia, el sistema inmune se descontrola, reaccionando ante los tejidos propios como si fueran extraños, originando enfermedades autoinmunes y aumenta la susceptibilidad a enfermar por infecciones.
Las mujeres con niveles normales de estrógenos y progesterona en la etapa fértil, y por ende, con una mejor respuesta inmune, al perder bruscamente dicha protección, deberían morir antes que los hombres que no la pierden. Sin embargo, ocurre todo lo contrario.
Del punto de vista biológico, los hombres tienen condiciones de desmedro frente a la supervivencia, entre otras razones, por su composición genética.
Las Estadísticas mundiales de salud 2019, de la OMS, muestran que de las 40 causas principales de mortalidad en el mundo, en 33 de ellas los hombres mueren antes que las mujeres. Como un posible equilibrio en la naturaleza, anualmente nacen más hombres que mujeres.
Chile es el segundo país con mayor longevidad en toda América, superado sólo por Canadá, con una esperanza de vida al nacer de 85 años para las mujeres y de 80 para los hombres.
Desde el año 2002 existe en nuestro país un programa de salud para personas mayores de 55 años en atención primaria, con el propósito de disminuir las enfermedades cardiovasculares, diabetes mellitus e hipertensión arterial, entre otras.
Por esta razón el ministerio de Salud aprobó la compra de hormonas para las mujeres menopáusicas en los consultorios; sin embargo éstas se pierden, ya que son indicadas a sólo el 11.9% de las pacientes que las necesitan, por una inexplicable razón.
Después de la menopausia, la incidencia de enfermedad en las mujeres tiende a igualarse con los hombres, pero como la terapia de reemplazo hormonal disminuye a la mitad el riesgo cardiovascular, las que utilizan hormonas continúan con su riesgo disminuido.
En medio de la pandemia por coronavirus, este tema toma relevancia al surgir la siguiente interrogante, ¿por qué mueren más los hombres que las mujeres?
La primera vez que se comunicó esta tendencia fue en la propia Universidad de Wuhan, en China. Se estableció que la tasa de mortalidad por coronavirus en hombres era del 2,8%, mientras que en mujeres se reducía a un 1,7%. Este patrón se ha repetido en muchos países. En Italia el 71% de los fallecidos son hombres, y en España los últimos datos disponibles indican que muere aproximadamente el doble de hombres que de mujeres.
Los investigadores sugieren que existe una compleja combinación entre factores biológicos, inmunitarios, hormonales y de estilos de vida que dan lugar a esta tendencia, en la gravedad y mortalidad, tan diferenciada entre géneros y en personas del mismo sexo.
Para disminuir los riesgos del envejecimiento del sistema inmunitario frente a la infección, es indispensable aplicar todas las vacunas que recomiende el ministerio de Salud; hacer regularmente ejercicio y mantener una nutrición adecuada. Evitar caídas y lesiones, porque un sistema inmunitario débil demora la recuperación de las heridas y fracturas. Y no fumar nunca.
En Chile, actualmente las mujeres pueden acceder a mejorar su sistema inmune, disminuir las enfermedades metabólicas y el riesgo cardiovascular mediante la terapia de reemplazo hormonal.
Cada vez hay más fármacos que contienen estrógenos apropiados y personalizados, de distintas vías de administración, para ser utilizados en pacientes posmenopáusicas que, una vez evaluadas, necesiten terapia.
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