Movida ha estado el área de la salud de los chilenos, golpeados por un sistema que sólo alienta la ganancia privada en cualquiera de sus ámbitos: prestaciones, valor de medicamentos, listas de espera, tratamientos fuera del alcance del bolsillo de cualquiera.
Algunos pasos ha dado el gobierno para ordenar el mercado de los medicamentos, que ha mantenido cautivos por décadas a los enfermos, pagando valores escandalosos, sin que nadie le pusiera el cascabel al gato.
Pero hay más, y no son buenas noticias.
Al derogarse el artículo 126 del Código Sanitario, los médicos y tecnólogos médicos ahora podrían trabajar o tener ópticas según lo sentenció recientemente el Tribunal Constitucional.
La salud pública de los chilenos está de luto después de este fallo. Este cambio es anti ético, y genera integración vertical, creemos que habrán sub-diagnósticos de causas de ceguera evitables,si no se tratan oportunamente como glaucoma, retinopatía,entre otras.
Un déficit visual severo es algo que produce desolación, tristeza y un gasto asociado para la persona, su familia y el Estado.
Es una falsa seguridad creer en un examen oftalmológico completo en una óptica, porque no será así. Visión para hoy, ceguera para mañana.
También pensamos que podrá prescribirse lentes ópticos sin necesidad. No hay que olvidar los incentivos perversos en el área de la salud ( medicamentos), que vulneran el Código sanitario en su artículo 100 : la popular “canela”, sobre lo cual está clara la postura del Parlamento y el propio ministerio de Salud.
Vale decir, con el tema de las ópticas, podría haber una canela al cubo. Los más afectados serán los más necesitados, pero también el Estado.
El dinero que se puede usar en programas de salud o enfermedades descubiertas por el sistema, se orientaría a financiar lentes ópticos que la población no necesitaría. Estamos a tiempo de no cometer este gran error.
Además de pagar un sobre precio en medicamentos y lentes, las ganancias de unos pocos, no pueden ser a costa de la mayoría. Ni generar una salud de primera y segunda clase.
Una forma de rebajar los precios en los lentes, es implementado ópticas populares en municipios o instituciones sin fines de lucro.
Rebajar costos no se puede hacer haciendo el trabajo a medias. No podemos dejar la salud visual de los chilenos gobernada por el mercado.
Como dijo un ex presidente de Chile, el mercado es cruel. Lamentablemente esta modificación al artículo 126 del Código sanitario la decretó el Tribunal Constitucional.
Fui testigo de los alegatos y verdaderamente no entiendo como después que organizaciones como el Colegio de Oftalmólogos, tecnólogos médicos, Colegio médico de Chile, y las organizaciones de enfermos y sus familias, dieran argumentos sólidos y contundentes, el TC falla en el sentido denunciado.
Eso nos lleva a otra arista.
Seria prudente que como sociedad nos replanteemos las existencia, atribuciones, autoridad, competencia y cómo se elige a los componentes del Tribunal Constitucional. La mayoría de sus últimos fallos han sido inaceptables y contra el interés de la ciudadanía. Algo no está bien.
A mejorar, para hacer un Chile con instituciones sólidas, sin cónclaves de autoridad atemporales. Con lo que se asegure a su gente un país libre, justo, igual , bueno y fraterno.
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