Las necesidades en salud son muchísimas y hoy existen varias enfermedades que no logran ser identificadas a tiempo, cuando un extenso porcentaje de la población ya las padece. Tal es el caso de un silencioso pero agresivo cáncer que se ha comenzado a propagar, sobre todo en mujeres jóvenes: El cáncer de mama triple negativo.
Según un reciente estudio de la Universidad Católica, 11% de las pacientes con cáncer de mama lo presentan, estimándose que entre 600 y 800 mujeres son diagnosticadas anualmente con esta enfermedad, pero al no existir un registro nacional de cáncer que permita tener un número exacto, el escenario no permite tomar medidas para combatir la situación con exactitud.
Su rápida propagación y mayor agresividad, en comparación con otros subtipos de cáncer, da como resultado una tasa de supervivencia más baja. Además, su alto porcentaje de componente hereditario expone tanto a las pacientes como a sus familias a padecerlo múltiples veces. En este contexto, lo que agrava más la situación es que las pacientes con cáncer de mama triple negativo que son atendidas en instituciones públicas tienen más consecuencias negativas que aquellas tratadas en instituciones privadas, y también peores resultados que mujeres con otros tipos de cáncer de mama atendidas en el mismo sector público, lo que genera una inequidad inaceptable.
Dicho lo anterior, en la actualidad el cáncer de mama en Chile se encuentra protegido con cobertura en los fondos para drogas de alto costo y de la ley Ricarte Soto, destinándose 45 mil millones aproximadamente para distintos tipo de cáncer de mama. Sin embargo, en la actualización después de dos años de espera de la lista de fármacos para el cáncer no se consideró a las pacientes con cáncer de mama triple negativo, a pesar de ser uno de los más agresivos, con lo que estas pacientes no tienen cobertura para tratamientos innovadores de su patología.
Creemos que a pesar de ser una enfermedad que se está visibilizando, era necesario entregar estos antecedentes a las autoridades de Salud, para lo cual concurrimos con la senadora Ximena Órdenes y acompañados de organizaciones como la Asociación de Cáncer Triple Negativo, Mujeres por un Lazo y Observatorio del Cáncer, a una reunión con la ministra de Salud, manifestando nuestra preocupación para que el Gobierno agote todas las instancias necesarias, y pueda dar el acceso necesario a terapias innovadoras –independiente de las etapas del cáncer- sobre todo cuando es a temprana edad.
Tenemos la certeza que inmunoterapias o anticuerpos monoclonales pueden ser alternativas viables, ya que cuentan con evidencia científica y demuestran empíricamente avances en las pacientes. La destinación de mayores recursos a terapias innovadoras, al igual que a los test genéticos y sus respectivas asesorías, permitirán a muchas mujeres que padecen cáncer de mama triple negativo, tener una mayor sobrevida y un acceso justo y equitativo a una mejor atención de salud, que todas merecen.
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