Dejé el Clonazepam

Era el verano del año 2000, el mundo no había acabado como muchos lo habían vaticinado y yo disfrutaba de mi exitosa vida, o eso creía.

Había terminado el colegio y en la ceremonia de licenciatura me distinguieron como el mejor compañero; el puntaje de la Prueba Aptitud Académica, no siendo excelente, me alcanzó para entrar a la carrera que siempre había querido; estaba pololeando con la niña más linda que mis ojos pudieron ver y vivía en una hermosa casa junto a mis padres y hermanos.

"Si gozo de esta vida exitosa ¿Por qué me siento así?", me pregunté una mañana de aquel verano.

La angustia me consumía, las lágrimas afloraban fácil de mis ojos, no podía parar de pensar en el futuro incierto, me costaba respirar, sentía que el corazón iba a explotar y lo peor es que no lograba conciliar el sueño.

Hoy, 24 años más tarde, con 42 años, una esposa y tres hijos, me siento igual.

¿Qué pasó?

Dejé el clonazepam

Después de 24 años consumiéndolo cada noche, decidí dejar el clonazepam

¿Y por qué hiciste eso?

El clonazepam es un fármaco que pertenece al grupo de las benzodiazepinas, medicamentos que actúan sobre el sistema nervioso central produciendo un efecto ansiolítico, hipnótico (favorecen el sueño) y de relajación muscular con acción anticonvulsivante.

Se recomienda consumirlo por periodos cortos de tiempo, pues puede generar adicción. Su consumo prolongado puede afectar la memoria y producir, en algunas personas, problemas de demencia y alzhéimer.

Ciertamente yo estaba adicto y olvidadizo, pero lo más grave es que había dejado de sentir.

No sentí la muerte de mi padrino, no sentí la muerte de mi abuelo y esquivé la de mi hijo, hasta ahora.

¿Por qué escribo sobre esto?

Principalmente soy escritor y cuando escribo entro en estado de Flow... pierdo la noción del tiempo y nada me distrae.

Entonces ¿Escribo como terapia? Sí, pero también para instalar un punto de reflexión.

No es un misterio que la salud mental en Chile está, lamentablemente, al alza. Mucho se ha escrito al respecto y no es el objetivo profundizar en ello. El punto que, a mi juicio se debería estar discutiendo, dice relación a cómo estamos enfrentando este gran problema.

Países como Dinamarca, Finlandia, Noruega, Suecia, Reino Unido, Escocia, Canadá, entre otros, han enfrentado esta situación de forma proactiva, como recomienda el movimiento científico de la psicología positiva (que no es lo mismo que el positivismo), es decir, fortaleciendo la salud mental de las personas, para prevenir problemas que puedan derivar de situaciones estresantes y/o angustiantes.

Varios estudios realizados por las más prestigiosas universidades del mundo coinciden que una clave para que las personas fortalezcan su salud mental y experimenten bienestar, es la de mantener relaciones personales, pertenecer a un grupo humano en donde se interactúe y sientas que cumples un rol.

Basados en estos estudios, los países antes señalados han desarrollado políticas públicas para fortalecer la interacción de las personas más allá de sus trabajos, promoviendo y financiando el funcionamiento de clubes sociales en donde se puedan distraer y relacionar, anulando el efecto nocivo que provoca la soledad, que puede matar.

Ahora bien, estos países reconocen que este tipo de políticas son exitosas, porque sus ciudadanos no están inquietos pensando en si tendrán el dinero que les permita "llegar a fin de mes" o si podrán enfrentar un imprevisto de salud si ellos o algún miembro de su familia se enferma o qué harán si quedan sin trabajo.

El punto entonces es que la base para el bienestar y la salud mental de las personas es tener resuelto las condiciones mínimas para vivir: Alimentación, servicios básicos (luz, agua, gas), un lugar digno para habitar, empleo, salud y educación de calidad, entre otros.

Si no tenemos esta base ¿Estamos fritos?

Estos mismos países que cito de ejemplo, no realizaron acciones de este tipo porque creyeron que eran las mejores, sino que realizaron estudios previos para saber el nivel de bienestar y felicidad de sus personas y estratificaron la información según los sectores donde vivían y algunos datos demográficos como la edad, el género, el nivel educacional, entre otros y con esta información científica, recogieron las prácticas recomendadas, las aplicaron y evaluaron, para luego corregir y volver a aplicar.

¿Tenemos este tipo de estudios en Chile?, ¿Se considera información primaria para diseñar políticas públicas?

Es mi creencia que debemos empezar YA a realizar estas investigaciones científicas, de lo contrario, cualquier medida que se decida implementar, será un disparo al aire.

Es mi creencia también, que en Chile estamos "empastillando" a toda persona que llega al consultorio con algún síntoma de angustia y/o depresión y el clonazepam está siendo protagonista del "remedio" a los problemas de salud mental en el país, generando una población adicta, pues sabemos de nuestra cultura de la inmediatez y el facilismo, entonces como a mi, puede ser que usted haya ido al médico después de muchas noches sin dormir, le hayan recetado clonazepam "por unos días" pero que después de lograr conciliar el sueño esa noche y ya no sentirse tan angustiado, allá decidido unilateralmente, tomarlo de por vida.

Si mi creencia es correcta, vamos por mal camino.

En el Reino Unido existen los "Recetadores Sociales".

Cuando las personas llegan al médico con síntomas de estrés, angustia, depresión y los médicos no ven una patología compleja, los derivan a estos "Recetadores Sociales" que son personas no necesariamente con algún título profesional, pero sí con experiencia en trabajo comunitario, quienes se reúnen con los pacientes y después de una conversación exhaustiva para conocerse, les "recetan" y derivan a algún club social en donde se puedan encontrar con personas con inquietudes y gustos comunes. Algunos de estos clubes son organizaciones deportivas y culturales, grupos de pintura y musicales, clases de gastronomía, entre varios más.

En el Reino Unido, antes de "empastillar" se intenta que las personas socialicen.

Sí, el Clonazepam te hará dormir y disminuirá la angustia, pero no resolverá la "situación" que generó esa angustia y que muchas veces ni siquiera tú la has identificado. Entonces si no se ataca el problema, nunca lo resolverás y te volverás adicto.

De ninguna forma creo que debamos replicar las acciones antes descritas, como lo señalé, creo que se debe iniciar por levantar información de primera fuente y desde ahí construir.

Pero ¿Qué es primero el huevo o la gallina?

Podemos pasarnos la vida esperando que el Estado o alguien haga algo por nuestra salud mental o con nuestros recursos intentar hacer algunas cosas que están comprobadas pueden ayudar a fortalecernos y que de ninguna forma reemplazan un tratamiento profesional.

Desde mi experiencia me atrevo a recomendar unas cuantas medidas que dependen solamente de usted:

  • Ir a terapia: Los y las psicólogas son terapeutas profesionales que nos pueden ayudar a vislumbrar nuestro ser, identificando fortalezas, inquietudes, situaciones estresantes, etc., ayudándonos con técnicas a cosas tan básicas como detectar nuestras emociones y cosas más complejas como aprender a regularlas.
  • Hacer alguna actividad física: No se trata de ser los mejores deportistas, sacar músculos o competir en las olimpiadas, pero está comprobado que movernos libera endorfinas que nos ayudan a activarnos con el lado bueno de la vida
  • Alimentación consciente: Como dicen por ahí, nuestro cuerpo es sagrado, debemos cuidar lo que entra en él. Intentar beber y comer cosas saludables es una obligación. Cuando algo vaya a entrar por tu boca, pregúntate si eso le hace bien a tu cuerpo y con ello se generará un quiebre.
  • Disminuir las redes sociales: La exposición a las pantallas es malo, pero la comparación que, consciente o inconscientemente hacemos de nuestras vidas con las que los otros exponen, es terrible. Además, por estar pegados viendo lo que "los amigos virtuales" publicaron o cuantos me gustas y comentarios tienen nuestras publicaciones, hemos dejado de disfrutar la humanidad y el regalo que nos da la vida y se llama presente.

Todo esto hará que estemos bien y ese estar bien nos permitirá ser más creativos, innovadores y productivos, mejorando nuestros desempeños en los diversos sistemas sociales en los que interactuamos como la familia, los amigos, el trabajo, la escuela, entre otros.

Además, desde ese estado de Bienestar, estaremos predispuestos a interactuar bien, ser empáticos y altruistas y por ende, mejorar nuestras relaciones interpersonales con quienes día a día nos relacionamos, generando un espiral de humanidad, tan necesario en estos tiempos.

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