Considera tus pensamientos y palabras

Cada paso que uno da en la arena va dejando una huella, de igual modo las palabras y pensamientos también dejan huellas.

El arquero, Claudio Bravo en una de sus entrevistas después de un partido exitoso para Chile, comentó algo que captó mi atención, tenemos un país que no está acostumbrado al éxito sino a la crítica.

Su comentario me hizo sentido al escuchar y ver el actuar de muchos chilenos. ¿Es posible cambiar esta conducta?

Cuando uno se da cuenta del daño que hace algo y del beneficio que se puede obtener de otra cosa, es más fácil desechar lo que no sirve; en este caso, la crítica o desaprobación mental y audible.

Mary Baker Eddy, quien introdujo la metafísica cristiana hace más de un siglo, presentó la importancia del cuidado de los pensamientos diciendo en uno de sus libros: “Los buenos pensamientos son una armadura impenetrable; revestidos con ellos estáis completamente protegidos contra los ataques de toda clase de error. Y no sólo vosotros estáis a salvo, sino que todos aquellos en quienes reposan vuestros pensamientos también son por ello beneficiados.”

El éxito o triunfo para mí se logra cuando uno mantiene los pensamientos en armonía con lo bueno, fructífero y relevante, es decir, con lo espiritual que permanece en el tiempo, brinda felicidad, confianza, satisfacción y gratitud permitiéndole a uno ver los regalos que depara la vida a diario.

Además criticar según Dustin Harms y otros investigadores provoca infelicidad según un estudio que hicieron, cuyo análisis concluyó que la percepción de uno hacia el resto de las personas es equivalente a la percepción que uno tiene de sí mismo. Por ende, ¡cuán importante es cuidar los pensamientos y la percepción que uno tiene de uno mismo!

A su vez, el efecto que los pensamientos y palabras provocan lo demostró el doctor de medicina alternativa e investigador japonés Masaru Emoto, quien hizo muchos experimentos, los cuales consistieron básicamente en observar diversas moléculas de agua congeladas, luego de ser el agua sometido a una palabra, melodía u otros.

El resultado de esto fue ver cristales armoniosos y perfectos destacando su gran belleza con todo aquello que está relacionado con el amor, el bien, la oración. Por el contrario, los cristales de agua se desfiguran y muestran un aspecto opaco con  músicas y palabras destructivas.

Pensar en el bien es actuar bien, ser consecuente y cuidadoso al hablar cuando te refieres a otros o a ti mismo, no solo te hace más fuerte sino que también te abre la puerta de entrada para el éxito.

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