Las universidades regionales en el laboratorio

La educación forma parte de nuestro ser, hoy está llamada a ser mucho más que un transmisor de conocimientos. Necesitamos una educación que provoque, que movilice, que lidere los cambios sociales.

Debemos tener siempre presente que cuando educamos, estamos construyendo el futuro y si queremos un mundo mejor, la tarea comienza ahora.

Nuestro país vive momentos de cambios en educación. Un proyecto de ley está en discusión, lo seguimos atentos, expectantes y a la vez activos.Las universidades del Estado y públicas, y especialmente las regionales, estamos preocupadas si realmente  hay consenso nacional en la relevancia que tiene la educación para un real desarrollo social y la necesidad de cambios para lograrlo. 

Desde hace años, los diversos gobiernos y autoridades parlamentarias prometen que “ahora si” la descentralización será realidad, y nosotros confiamos una y otra vez, y nos desilusionamos una y otra vez.

Hago alusión a esto en relación con la inquietante situación que estamos viviendo las universidades públicas regionales, quienes somos analizadas como en un laboratorio con microscopios de alta definición y aumento, en cuanto a nuestras debilidades;  se nos compara con instituciones grandes y con conocida solvencia económica; se hacen veladas y no tan veladas invitaciones a los estudiantes para que prefieran de acuerdo a ranking, sin embargo se nos mantiene en una situación de precariedad económica que nos obliga a un permanente esfuerzo por responder satisfactoriamente.

Conocido es que nuestra Universidad Arturo Prat en estos cincuenta años de vida ha pasado, más de alguna vez, momentos de dificultad financiera, los que se han salvado gracias al compromiso de la comunidad universitaria, que ha  soportado con altura y no pocos sacrificios esta realidad. La gestión financiera ha permitido que hoy estemos “con números azules” pero para sostenernos necesitamos tener pronto definiciones y medidas concretas.

No se aprecia en las propuestas legales de reforma de educación superior, una modificación de la estructura de financiamiento de aportes fiscales directos entre todas las universidades del CRUCH que permita rectificar la distribución de este aporte para que las universidades de menores recursos puedan percibir un mayor apoyo relativo de aporte del Estado para hacer las inversiones y sustentar los costos académicos y administrativos adecuados para lograr una mayor calidad de los procesos académicos.

No queremos retroceder lo avanzado por falta de definiciones y medidas concretas en relación a la Universidades Estatales Regionales.

Nos parece que el reconocimiento de la contribución que hacemos desde regiones, es aún muy débil y no dice relación con las declaraciones de avanzar en descentralización.

Las Universidades del Estado hemos mostrado durante décadas de manera concreta, nuestro compromiso con las regiones y por ende, con el país.

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