Los problemas ocasionados por el bajo monto de las pensiones que resultan por el modelo de ahorro previsional, se agudizarán para quienes realizan labores que aceleran el desgaste físico, intelectual o psíquico (trabajo pesado). Este grupo de personas, quienes viven un proceso de envejecimiento precoz, sentirán con fuerza el efecto del menor ingreso al momento de jubilar.
La huella que deja el rigor de la actividad realizada, queda registrada en el número de accidentes de trabajo según actividad económica, publicado mensualmente por la Superintendencia de Seguridad Social.
Entre enero y abril del 2019, se registraron 54.567 accidentes en un universo promedio de 5,4 millones de trabajadores afiliados a las mutuales. Esta cifra esconde realidades diametralmente distintas, dependiendo de la actividad que desempeña el trabajador. Mientras en el sector intermediación financiera la cifra alcanza los 4 accidentes por cada 1.000 trabajadores, la cifra se cuadruplica en el sector manufacturero.
Si bien la Ley N°19.404 da la posibilidad a los trabajadores que desempeñan labores pesadas de jubilarse anticipadamente, la calidad de vida que tendrán, cuando pasen a ser parte de la población pasiva, será más precaria que la de un trabajador normal.
Por un lado, está el efecto del deterioro físico o intelectual heredado de su vida laboral. Después de jubilar, el trabajador tendrá menos posibilidades de extender su vida laboral activa y, para los trabajadores que hayan efectuado cotizaciones por trabajos pesados del 2%, facultados por ley para adelantar su edad de jubilación, el aumento de su fondo de pensiones (8% para los hombres y 4% para mujeres) no será suficiente para compensar el costo de su deterioro físico o intelectual.
En el análisis comparativo de Chile con países de Europa, recopilado el 2015 para la Subsecretaría de Previsión Social en el informe: ''Análisis documental en perspectiva comparada de trabajo pesado y sus límites en la promoción de las buenas condiciones de trabajo y su regulación”, se destaca el modelo de pensiones de Bélgica, España y Francia.
Aun cuando el modelo de Bélgica no considera explícitamente el trabajo pesado como criterio de ahorro previsional, está implícitamente considerado en las cotizaciones complementarias por sector o empresa y en el aporte solidario. En España y Francia, en cambio, sí se reconoce el trabajo pesado.
En el caso de España se establecen planes de pensiones específicos para ciertos sectores económicos, industrias y/o áreas geográficas y en el caso de Francia, una modalidad contributiva con sistema ocupacional de puntos.
Considerando esto, es un imperativo de justicia social que en Chile la ley entregue protección a cerca del 40% de la fuerza laboral en riesgo de enfrentar una actividad que puede afectar negativamente su calidad de vida futura.
En esta tarea, no solo debe estar la responsabilidad del involucrado para generar un mayor nivel de ahorro previsional y enfrentar mejor las dificultades durante su vida laboral pasiva. El sistema debe considerar el menor horizonte de vida activa y la menor capacidad de generación de ingresos al momento de jubilar.
En razón de la naturaleza de las funciones y la salud de las personas, el debate de la reforma al sistema de pensiones debe incorporar cambios en la expectativa de vida de los trabajadores; aumento de la cotización individual; incorporación de seguros de longevidad y la creación de un fondo solidario de ahorro previsional.
Los trabajadores, tienen el derecho a ser compensados por el lucro cesante que subyace sobre aquellas actividades que producen merma en su capacidad de generación de ingresos durante el período posterior a su jubilación.
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