Pocos chilenos saben que la Comisión de Derechos Fundamentales de la Convención Constitucional, donde se radica el corazón de los derechos, libertades y garantías de los ciudadanos, acordó destinar inicialmente sólo 40 minutos (si, ¡leyó bien!) a la discusión general sobre el derecho de propiedad en la nueva Constitución.
Luego lo amplió a 53 minutos. Coincidentemente, es lo mismo que muchos chilenos demoran todos los días para llegar a su trabajo. Sin duda un trabajo constituyente exprés.
El periodista estadounidense Clarence Lee Swartz (1868-1936) afirmaba que "una de las pruebas a cualquier movimiento social para saber si respeta la libertad individual es: "¿Abolirá el movimiento la propiedad privada? Si es así, es un enemigo de la libertad. Uno de los más importantes elementos de la libertad es el derecho a la propiedad sobre los productos del propio trabajo. Socialistas de Estado, Comunistas, Sindicalistas y Anarquistas-Comunistas niegan la propiedad privada". Ha pasado más de un siglo, y esta cita sigue siendo apropiada.
De cara al proceso proceso constituyente, convengamos en que el premio mayor para ciertos sectores de la izquierda será eliminar, erosionar o debilitar el derecho de propiedad de los chilenos. Será una de las batallas emblemáticas del proceso. Sin embargo, aún estamos a tiempo de detener esta irresponsabilidad constitucional. A estas alturas del partido no hace falta insistir en que sin una adecuada protección del derecho de propiedad ningún otro derecho o libertad es posible.
Como encargados de elaborar el estatuto de protección de los ciudadanos frente al poder político, la referida comisión se encamina a cometer una debacle constitucional. Aún es tiempo de corregirlo.
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